30.5.05

Dentro

La nostalgia nos invade en numerosas ocasiones haciéndonos recordar sucesos que nos han hecho sentir. La música... un gran medio de evocación de sentimientos asociados. La imaginación y la fantasía retroalimentándose de memorias. Nuestro pasado alterado por el poder que nuestro deseo ejerce sobre nuestros recuerdos. Dónde están los pilares de mi personalidad? A qué se hallan sujetos? Cómo encontrarse a uno mismo de entre un devenir de pensamientos? Cómo amarrarse a un flujo de variables infinitas? Cómo liberarse de la fantasía y asentarse en la realidad? Por qué dejarse vencer?

Cada día soy una persona diferente con nexos en común con la persona que fui el día anterior. Crecer a expensas del destino es esperar una muerte anunciada. Crecer a expensas de uno mismo es morir una vida por jornada, con expectativas de reciclar, con el poder de resucitar vidas pasadas que volverán a despertar en mi un determinado estado mental. Por qué siempre trato de buscar una pauta? Por qué no soy capaz de liberarme de mis prejuicios? Por qué me habéis educado así?

La belleza del caos me espera al otro lado de la linea que delimita mi consciencia: mi educación. Incansable armonía de un sublime mundo regido por la falta de reglas, purificado por la falta de retículas y conformado por la ondulación de conceptos que se entrelazan en el ápice de la creatividad. Libertad o atrevimiento? Liberar atrevidamente o atreverse libremente? Abarcar mucho teniendo poco o tener mucho abarcando poco? Por qué hemos de elegir? La felicidad no se escoge, simplemente se apodera de nosotros. Navegando nuestro propio universo sin rumbo fijo aprenderemos a encontrar y a empaparnos de descubrimiento.

26.5.05

El Cristo en Kennington Road

1 El anuncio.

De madrugada soñé con unos ojos vibrantes, unos ojos llenos de luz y color. Almendrados a la vez que rasgados, azules al principio, verdes a continuación y dulce miel al final.
La más placentera sensación de tranquilidad invadía mi cabeza hasta el momento en que una fuerte presencia, alertando mis sentidos, me absorbió desde la realidad arrancándome del más bello de los sueños para llevarme de vuelta a la crudeza de mi oscura y desolada habitación. De entre las tinieblas, suavemente, comenzó a fluir una luz tricolor, iluminando hacia sus propias entrañas mas no a su alrededor, que acercándose lenta e hipnóticamente hasta la cama, acabó por posárseme en el pecho para finalmente apoderarse de mi alma. Los mismos ojos del sueño me sonreían complacientes invitándome al más profundo y plácido descanso.

Esta mañana me levanto y, para mi gran sorpresa, me encuentro a un tío en túnica durmiendo en el suelo de la habitación. Los latidos de mi corazón, al menos 140 por minuto y gracias a Dios, me impiden escuchar un flujo de pensamientos completamente absurdos esclavos del subidón de adrenalina que se acaba de desatar en mi interior. Absolutamente paralizado me dedico a observar la situación, cien por cien ridícula y surrealista, que se me acaba de plantear. Un tío que no conozco de nada? Con túnica? Durmiendo en el suelo de mi habitación? Aaaaaa. Esto va a ser que todavía no me he despertado. Recuperando la calma decido esperar y permanezco inmóvil, sentado en la cama, hasta que el sueño finalice para dar paso al mundo de la realidad.

Me vuelvo a despertar. Por la intensidad del sol parece que se acerca el mediodía. Siento un fuerte dolor en en lado izquierdo del cuello y en la base de la espalda. Joder, me he quedado dormido... sentado en la cama! Un momento... Una túnica... Un paisano durmiendo en mi habitación...

- Buenos días.

- Aaaaargh! Quién coño eres? Qué coño quieres? Quién te manda?

- Jajajajaja. No tienes por que asustarte.

Agarrado a las sábanas, casi en posición fetal, mientras escucho un sinfín de palabras afanosas por tranquilizar, me encuentro con su mirada para caer rendido ante la iridiscencia tricolor de unos ojos... almendrados o rasgados? Hostias! Pero si es el del sueño!

- Cómo te llamas?

- Qué me vas... a, a secuestrar? No tengo un puto duro, eh? Ya te aviso. Llévate el ordenador. Mis padres están muertos y... y... y no tengo familia.
Perdona la indiscreción pero, como un tío con unos ojos tan bonitos puede dedicarse al mundo del crimen?

- Mi nombre es Jesús.

- Vaya, que apropiado. Si es que...

- Jesús de Nazaret.

- Dios mío, no puede ser... Para loco ya llego yo. Tú tranquilízate que todo va a acabar como el rosario, mierda! Es que cuando me pongo nervioso mi cerebro me delata, pero no te lo tomes a mal, eh? Tengo una tableta de Valium en la mesilla de noche. Creo que dos te irán bien. Yo me tomaré uno también, por eso de acompañar, ya sabes...

Jesús se aproxima hacia mi cama y sentándose en el lado izquierdo de la misma, procede a abrir el primer cajón de la mesilla de noche rescatando una tableta de Valium de entre un mar de basura. Retira tres pastillas de su envoltorio y posándolas con delicadeza sobre la palma de su mano derecha, me las ofrece amablemente a la altura de mi boca, boca recubierta por unos dedos que, cual tensas garras víctimas del miedo, todavía apresan las sábanas de mi lecho.
Sus ojos comienzan a hipnotizarme como lo había hecho antes la luz del sueño. Mi cuerpo se entrega a un paulatino adormecer que en breves instantes me lleva de vuelta al mundo de lo onírico otra vez.

(continuará...)

Creo

Quisiera poder ver la esencia del propósito humano para reirme a placer de la existencia hasta que mis ojos se inunden de lágrimas y descansar luego en la austera cama del desconcierto.

Me gustaría comprender el cielo y ser capaz de cobijarme bajo las alas de un ángel que mimen con cariño mi dolor y sufrimiento.

25.5.05

La Era de las Nueve

Al salir del cine la tarde de ayer, una intensa desolación y un pueril desconsuelo se apoderaron de mi alma. Cuanta gente habrá sentido lo mismo que yo o algo parecido? La saga de Star Wars había llegado a su conclusión y con ella una etapa gloriosa para el género fantástico.

Durante los últimos seis años hemos sido testigos del nacimiento y de los primeros pasos de un nuevo tipo de ciencia ficción y fantasía que marcará un hito en la historia del cine. Tres han sido las trilogías responsables de esta hazaña y cuatro los genios detrás de la cámara: Andy y Larry Wachowski, Peter Jackson y nuestro queridísimo George Lucas.
Personalmente recordaré esta etapa cinemátografica por el resto de mi vida como “La Era de las Nueve”. Nueve apasionantes películas que he seguido con admiración y por las cuales he esperado con devoción. Nueve razones por las que vivir durante seis años. Nueve joyas del cine que ya han pasado a formar parte de mi persona y de mi existencia.

Cuando tenía 16 años nunca me hubiera podido imaginar que algún día vería en la gran pantalla al protagonista del pequeño y extraño libro que sujetaba entre mis manos y la, para mí, fascinante casa bajo tierra en que vivía, descrita con todo lujo de detalles en “El Hobbit” por J.R.R. Tolkien. 9 años depués lloraba de emoción, con la llegada de Gandalf a La Comarca en un carruaje rústico acompañado por Frodo Bolsón, a la penumbra de un cine en Santiago de Compostela.

En el verano de 1989, depués de ver Star Wars en la tele, enloquecido por la maginificencia de las espadas y pistolas láser, me propuse diseñar un artilugio que, a través de un mecanismo compuesto por una serie de lupas y espejos, consiguiera concentrar los rayos solares hasta tal grado que haría posible la emisión de un pequeño rayo láser. Nunca pasó de una excitante idea dibujada en papel cuadriculado. Pero siempre quedaban las películas. Diez años después, mundos inimaginables y lásers por doquier cobraban vida en “The Phantom Menace” como nunca antes me había atrevido a soñar.

Y Matrix... que decir de Matrix... La película que me hizo redescubrir el cine, el prodigio cinematográfico de los 90. La primera vez que la vi me pasé más de la mitad del metraje con las uñas clavadas en los reposabrazos y sudando como nunca antes lo había hecho en una sala de proyección. Al salir del cine me sentí exactamente igual que Neo cuando Morpheus, en el programa de entrenamiento, le dice que toda la gente que les rodea no son más que bits y bites. Estaba esperando a que en cualquier momento se congelara todo el mundo, como en la citada escena, para confirmar de una vez por todas que estabamos en la Matriz. Mis problemas psicológicos del momento ayudaron a aumentar la intensidad de la fantasía llegando a convertirlo en algo muy cercano al terreno de lo real.

La pasión y la complicidad han acompañado cada uno de los momentos que he compartido y seguiré compartiendo con estas películas. El afán de mundos diferentes nunca se verá aplacado en mi interior y desde luego lamentaré eternamente el vacío que el final de “La Era de las Nueve” dejará en mi corazón. Aun así viviré con la esperanza de que George Lucas haga un remake de la primera trilogía abriendo así un nuevo mundo de posibilidades para continuar hasta el episodio IX, de que Peter Jackson se decida a llevar “El Hobbit” a las pantallas y de que los hermanos Wachowski le den otra vuelta de tuerca a la Matriz.

24.5.05

En el desierto

INT. BAR DE CARRETERA - DIA

Sentados en la barra de un bar a la hora punta del mediodía, RON y KAL dialogan mientras esperan por la comida que han pedido hace un instante.

RON
Imagínate que estás en un desierto y llevas tres días sin comer ni beber.

KAL
Que desierto?

RON
No sé, uno... no es relevante.

KAL
El del Gobi? O quizas el del Sahara?

RON
Imagínate un desierto ficticio con las caracterísicas inherentes de uno real.
Cuál es tu bebida favorita?

KAL
Coca-cola.

RON
Bien. Llevas tres días sin comer ni beber y estás absolutamente aislado sin ningún recurso para entrar en contacto con el mundo civilizado.
Habiéndote sobrepuesto a la desesperación, se te ocurre la brillante idea de reciclar el poco líquido que le queda a tu cuerpo, y que estás desperdiciando a través de la transpiración, lamiendo tu propio sudor.

KAL
Ni hablar, yo nunca haría algo tan absurdo.
(riéndose)

RON
Estoy planteando un supuesto.

KAL
Ni en un supuesto. Ni siquiera en sueños.
(riéndose todavía)

RON
El sol, vale? Las largas horas de exposición continua al durísimo sol del desierto han nublado por completo tu capacidad lógica.

KAL
Puede...
(serio y asintiendo)

RON
Te bebes tu propio sudor entregandote así a una espiral de sed ascendente que te hace cometer, una y otra vez, el mismo error.

KAL
Paradójico.

RON
De repente, del vasto cielo tintado de amarillo, se precipita violentamente ante tus pies un objeto de tamaño aproximado al de un refresco, sumergiéndose en la arena y dejando tras de sí un pequeño cráter que indica su posición.

KAL
Ridículo.Y ahora me dirás que, sin pensarmelo dos veces, introduzco mi mano a través de la arena en el lugar indicado para acabar apresando no otra cosa que una lata de mi bebida favorita: una Coca-cola! Divina providencia.

RON
Excelente. Pero no una lata de Coca-cola normal y corriente...

KAL
A no? Entonces qué?

RON
En la parte trasera de la lata se puede leer la siguiente inscripción: Elije una de las siguientes opciones: 1 Si bebes no serás rescatado. 2 Si eres rescatado no podrás volver a beber Coca-cola. 3 Bebe Pepsi.

KAL
Vaya, el gran dilema de mi existencia.

RON
Yo bebo Pepsi.

KAL
No. En serio? Mi hermana Trina de Manzana. Haríais una buena pareja.
(pensativo por un instante)
La verdad es que me lo has puesto fácil.
(pequeña pausa)
Teniendo en cuenta que lo más probable es que todo esto no sea más que una maquinación publicitaria llevada a cabo por Coca-cola, yo eligiría la primera opción. Con ello no solo conseguiría calmar mi endiablada sed sino también ser rescatado. De no ser así mi muerte correría a cargo de dicha empresa, repercutiendo seriamente en su imagen, y bien es sabido que ese es un riesgo que ninguna compañía con semejante exposición mediática está dispuesta a correr.

Por otra parte esto implicaría la apreciación de la segunda opción que entraría en vigor a partir del preciso instante de mi rescate, opción no elegida por mi en un primer momento pero sí forzada por el transcurso de los acontecimientos. En este caso, aparentemente sin escapatoria y condenado a no volver a beber Coca-cola por el resto de mis días, entraría en acción la lata con la inscripción cumpliendo su función como objeto catalizador de una acción de chantaje. De nuevo, la exposición mediática, actuaría como freno y redireccionador de las intenciones iniciales de la compañía en cuestión.
(Ron se rie a placer)
Y ahora que?

RON
Pareces un puto abogado.
(riéndose de nuevo)
Nada, nada... que no has hecho más que confirmar lo que yo me temía.
(recuperando la compostura)

KAL
Ah si? Y se puede saber que es eso que te rondaba la cabeza?

RON
Que la Coca-cola os vuelve a todos locos. Con lo fácil que hubiera sido elegir la opción 3... y todo por una pequeña diferencia de sabor.

KAL
No nos olvidemos del delicado tema de la concentración gaseosa.
(Ron continua riéndose)

Llega la comida con sus respectivas bebidas, una Pepsi y una Coca-cola.

CAMARERA
Numero 7?

KAL
Aquí por favor.

CAMARERA
Y numero 2.

RON
Gracias.

La camarera, sin preguntar, sirve las bebidas en los vasos equivocados. Ron y Kal se miran, se rien a carcajada limpia y cogiendo cada uno el vaso del otro brindan y comienzan a comer.
La camarera los mira extrañada, se da la vuelta y continúa con su trabajo.

22.5.05

Deliverance

Una pesadilla. Una granja abandonada. De entre el medio del estiércol salen a flote dos cuerpos adolescentes, dos cuerpos inertes. Del fondo de mi subconsciente emerge el terror. Un miedo cargado de un extremo e incomprensible sentimiento de culpabilidad se libera en mi interior recorriendo mi espinazo, paralizando mis miembros, retorciendo mi estómago, nublando mi pensamiento, disparando mi corazón, bloqueando mis pulmones, reblandeciendo mis músculos, crucificando mi ser... No hay escapatoria, no existe redención. La sirena de un coche de policía se agudiza e incrementa en volumen. El efecto doppler se hace evidente a la par que la agonía se aferra a mi garganta, con garras de acero, rasgando mis cuerdas vocales. El dolor... el silencio... Yo no les he negado la vida, pero mis manos doloridas... me siento culpable... soy culpable. Mi verdad ha sido decidida.

20.5.05

Von Trilogy

La semana pasada me acerque a HMV al salir de trabajar y después de una larga pero entretenida búsqueda en la sección de ofertas me decidí a comprar cuatro películas entre las cuales se encontraba “Dogville” de Lars Von Trier.

Ayer, envuelto en la soledad de la madrugada y en un saco de dormir que cumple dignamente la función de manta de sofá, me dejé absorver durante tres inquietantes horas por el extraordinario mundo fílmico del director danés.

Hoy, buscando información sobre la película, me he enterado de que “Dogville” es la primera parte de una trilogía sobre los Estados Unidos y que la segunda parte, “Manderlay”, concursa en la sección oficial de Cannes este año.

Iba a comentar la película pero ya no puedo. Estoy abrumado. La grandeza de este señor me supera con creces. Su capacidad para sorprenderme no tiene limites.

Echad un vistazo y a ver si os quedáis tan impresionados como yo:

http://www.manderlaythefilm.com

17.5.05

Ensayo Capital

Como ya hace unos días que no escribo y no se me ocurre nada que contar, voy a publicar un ensayo que surgió a partir de varias entretenidas charlas de sobremesa con algunos de mis antiguos compañeros de trabajo en Mango.

En su día creó bastante polémica. Tened en cuenta que es una visión personal y subjetiva aunque no por ello deja de ser lo que yo creo.


EL CAPITALISMO. UN DICTADOR IMPERSONAL EN EL SXXI.

La imposición de normas y deberes ha sido siempre una constante en la historia de la humanidad. Las diferentes formas de poder que se han ido relevando a lo largo del tiempo han basado su éxito en el sometimiento de las masas a través del engaño, la propaganda y sobre todo mediante promesas inalcanzables de tesoros escondidos al supuesto alcance de la mano.
El gran espejismo de la libertad nos ha absorbido de entre un desierto de dudas e incertidumbres, ocultándonos el verdadero camino hacia el crecimiento intelectual y espiritual, y hacia el autoentendimiento que tanto anhelamos y la consiguiente autorrespuesta en la que tan poco confiamos.
Una vez más, en el S. XXI, nos encontramos subyugados a un poder dictador; sometidos a una forma de imposición que ha traspasado los limites de nuestro control cobrando vida propia. Una dictadura no personificada que abiertamente se manifiesta en forma de bienes materiales: el capitalismo.

¿Es eso todo a lo que aspiramos?

La situación presente ha venido dada por lo que, digamos, ha sido la evolución lógica de los modelos sociales existentes a lo largo de la historia. Desde los principios del dominio humano, pasando por la Edad Media, hasta la Era Moderna, el hombre ha hecho uso y abuso de una fuerza intrínseca a su condición como tal que ha propiciado un avance evolutivo no siempre positivo. Estoy hablando aquí del ansia de mejorar, del anhelo de más, de la insaciabilidad que nos caracteriza, de la codicia regularizada, de la aceptación del crecimiento como el camino adecuado, del autoengaño contemplativo en el que nos hemos sumergido. La misma fuerza y energía que nos ayuda a superar el día a día y que nos ha convertido en esclavos de nosotros mismos. Limitando nuestra individualidad. Transformándonos en pequeñas piezas constituyentes de la gran máquina del capital.
La pluridimensionalidad aparente de la sociedad no es más que un pequeño caos emergente en el que sus diversos constituyentes se encuentran, en realidad, alineados por esta fuerza interior que nos caracteriza, focalizando toda su energía hacia un único fin: la creación de riqueza.
Avance y desarrollo se han convertido en sinónimos de retroceso y aturdimiento. El deseo de acumulación y mejora no es más que una forma de encubrimiento y rechazo hacia la verdadera finalidad de nuestra búsqueda: la autocomprensión y la inmersión en nuestra persona.
La única manera de llegar a nuestro interior, de presenciar nuestra propia esencia, de alcanzar el núcleo de nuestra existencia es a través del análisis del individuo. Y nadie mejor que el propio individuo para llevar a cabo una investigación interna de si mismo. Pero rechazamos el autoescrutinio por miedo a ver la verdad, por miedo a encontrarnos cara a cara con lo que, seamos sinceros, ya sabemos y continuamente tratamos de ocultar tras un velo de hedonismo que nos ayuda a soportar el dolor provocado por nuestra verdadera naturaleza.
Ser humano es sinónimo de destrucción, sufrimiento y lucha. Mas no es el mundo al que hemos de destruir, no son los demás por los que hemos de sufrir y/o luchar sino por y con nosotros mismos, nuestro ser, nuestra individualidad. Y será esta introspección y estudio interno lo que nos salvará de la autodestrucción. Será el redireccionamiento de nuestra fuerza interna hacia nuestro núcleo, hacia nuestro generador de pensamiento, lo que nos hará encontrarnos con nosotros mismos y por extrapolación con nuestros semejantes.
Pero antes hemos de ofrecernos en sacrificio a la máquina de matar, sacrificio que incrementará de tamaño en proporción al crecimiento del capital. Sacrificio que hemos venido pagando desde el principio de los tiempos y del cual nuestra fuerza interna es catalizador.
La creación de valor se cobra en mucha mayor valía que la riqueza producida: la destrucción de la vida. La creación de vida se ha visto sometida a la creación de valor (capital) y el valor del capital ha absorbido el resto de nuestros valores morales personales. Revolución y muerte no son pues una forma de escape sino un refuerzo para la máquina del capital. Toda oposición a su fuerza será brutalmente masticada y digerida pasando así a formar parte de su flujo enérgico vital.

¿Hemos llegado pues a un callejón sin salida?

No. Simplemente nos ha tocado vivir la parte de la historia menos favorecida. Formamos parte del inicio del segundo acto de un relato que nos vamos inventando sobre la marcha y al cual le quedan muchas revoluciones y muertes por vislumbrar. No hemos sino comenzado a conocer nuestra fuerza interna y las posibilidades que nos ofrece. Mas todavía hemos de aprender a dominarla y poder así utilizarla para descubrir nuestras esencias individuales. Y cuando comprendamos nuestro ser, en el límite de nuestra existencia física, nos salvaremos de la aniquilación proyectándonos hacia nuestro interior para alcanzar un estado de equilibrio permanente en el que toda fuerza remanente se verá anulada y en el que la entropía dejara de existir. Nos veremos entonces libres de la materia conformando una energía única y estable que no precisará de ridículos sistemas de organización social o, mucho menos, de una dictadura del capital.
Seremos entonces ese “Dios” del que tanto se habla y el cual nunca se ha llegado a comprender.

12.5.05

Intercambio

A veces tengo la sensación de que le debo algo a la gente que, por fortuna en casos o por desgracia en otros, forma parte de mi vida. A veces tengo ganas de romper los miseros y febles lazos que me unen a los sujetos que no me aportan nada y dedicarme por entero a cultivar la relación entre mi persona y mi mundo para poder comprender mejor la funcionalidad de los vínculos de la amistad.

Otras veces me gustaría ser completamente independiente, no necesitar la aprobación de nadie y observar el mundo desde una perspectiva tangencial que me permita estar en contacto con él sin implicarme en absoluto con nada.

Pero, por desgracia, las fronteras de nuestros universos relacionales se hayan inmersos en la voz de la conciencia.

El emental

Acaban de emitir en BBC1 una curiosa pelicula en clave de humor sobre las aventuras de Sherlock Holmes y su queridísimo Dr. Watson. O debería decir en esta ocasión sobre las aventuras del Dr. John Watson y su incontrolable Sherlock Holmes?

Es una pelicula de 1988 dirigida por Thom Eberhardt, director para mi desconocido pero que curiosamente es artifice del capítulo piloto de una fantástica serie que formó parte de mi adolescencia y que muchos recordareis: “Parker Lewis”.

Un casting de lujo. Nada menos que Ben Kinsley en el papel de Watson, Michael Caine en el de Holmes y uno de esos eternos secundarios, Jeffrey Jones, como el inspector Lestrade. La Palma de Oro es en esta ocasión para Michael Caine, el cual expone la totalidad de su faceta cómica metiéndose en la piel de Reginal Kincaid (actor teatral fracasado, borracho y mujeriego) que a su vez representa el papel de Sherlock Holmes contratado por el mismísimo Dr. Watson, en este caso la mente pensante, con el fin de encarnar al personaje creado por él mismo en un folletín de intriga para el periódico “The Strand”. Todo un giro a la propuesta de Sir Arthur Conan Doyle.

El diseño de producción y de vestuario, maravillosos al igual que la cinematografía, engullen al espectador de inmediato en ese tétrico y fascinante Londres victoriano del cual aun quedan algunos rincones casi vírgenes en la actualidad. El guión entretenido, sin ir más allá de la típica aventura Holmes (Profesor Moriarti incluido) a no ser por la introducción de la comedia a modo de cuidados gags visuales, lo cual no evita echar un poco en falta la elaboración de diálogos dignos del más fino humor inglés.

En general, bien resuelta y divertida. Una buena película para un viernes noche en casa y una buena lección de interpretación de la mano del grandioso Michael Caine.

11.5.05

Sujeto

La sutileza y el buen hacer son claves en un mundo en el que apremian el engaño y la falta de honradez.

El oportunismo, respaldado por la inteligencia, decente o no, y aunque un arma de doble filo, es un buen método para escalar peldaños sociales.

Tengo que vender mi integridad para demostrar mi valía? Integro o realizado? Puro o feliz? Filosofía o hedonismo?

Veámoslo desde otro punto de vista: elegir?... no elegir?... o simplemente, ser el elegido.

Matrices

Hoy he visto por tercera vez “Matrix Reloaded”, primera revisión en el mundo de la pequeña pantalla y, por supuesto, no la última.

Y sí, cada vez me gusta más y mi respeto y admiración por los hermanos Wachowski, para mi ya considerados grandes visionarios del cine moderno, no hace más que aumentar.

Aparte de la ya tan obvia, comentada y extraordinaria capacidad visual que caracteriza a esta pareja de genios, sin olvidarnos de John Gaeta (supervisor de efectos especiales e inventor de la técnica “bullet time”), existen otros aspectos por los que la trilogía de Matrix, y más en concreto “Reloaded”, es digna de análisis, investigación y un poquito de meditación.

Nunca ha dejado de sorprenderme el hecho de que algunos de los diálogos, para mi otro de los puntos fuertes de la trilogía que alcanza su ápice de efectividad en la segunda, provoquen risas y afán de critica en muchos de los individuos con los que he comentado estas películas.

Diálogos como:

Morpheus: What are you waiting for? You're faster than this. Don't think you are, know you are.... Come on. Stop trying to hit me and hit me. (en el contexto de una pelea)

o como:

Spoon boy: Do not try and bend the spoon. That's impossible. Instead only try to realize the truth.
Neo: What truth?
Spoon boy: There is no spoon. (Neo en la sala de espera del oráculo)

aparentemente tan absurdos y pretenciosos pero, no obstante, tan llenos de contenido, se han convertido para muchos en predicamentos filosóficos modernos aunque para otros solo sean filosofía barata.

Cabe destacar que toda esta “palabrería” tiene un fundamento importante y sólido en el pensamiento de Jean Baudrillard (teórico de sociología y profesor de filosofía francés), y sobre todo en uno de sus libros, “Simulacra and Simulation” (“Simulacros y Simulación”, creo que todavía no editado en castellano), el cual he leido, ha provocado un gran cambio en mi percepción del mundo y recomiendo encarecidamente.

Baudrillard es un pensador dificil de comprender pero con una gran capacidad de perspectiva, muy metafórico a veces, muy conciso otras e incluso enrevesado en ocasiones. Todas estas características son aplicables a lo que antes hacía referencia como el ápice de efectividad en lo que respecta a los diálogos de “Reloaded”, que no es otro que la famosa conversación de Neo con el arquitecto. Baudrillard en estado puro! Como dicen por aquí: mindboggling.

Debo por último añadir que las traducciones, y más en el ámbito cinematográfico, no suelen hacer justicia a los textos originales, y que el inglés es un idioma muy efectivo a la hora de los dobles sentidos y las interpretaciones de significados.

La trilogía de Matrix ya ha alcanzado el estatus de clásico contemporáneo, aunque algunos se empeñen en reducir la extensión del calificativo solo a la primera película. Pasará a la historia del cine como una obra maestra o se quedará en un “modesto” intento?

Yo, me quito el sombrero.

10.5.05

Final

La muerte nos hace presos en una jaula viviente, nos acecha desde un lugar inexistente, acaricia suavemente nuestro tiempo para acabar atrapándolo por el cuello y cerrando su puño firme e inexorablemente nos vacía de toda esperanza.

La muerte impregna la vida de sentido, nos alerta de lo efímero de nuestra estancia, genera recordatorios que impulsados por el miedo mueven la máquina oxidada del devenir humano.

La muerte es un pretexto.