12.5.05

Intercambio

A veces tengo la sensación de que le debo algo a la gente que, por fortuna en casos o por desgracia en otros, forma parte de mi vida. A veces tengo ganas de romper los miseros y febles lazos que me unen a los sujetos que no me aportan nada y dedicarme por entero a cultivar la relación entre mi persona y mi mundo para poder comprender mejor la funcionalidad de los vínculos de la amistad.

Otras veces me gustaría ser completamente independiente, no necesitar la aprobación de nadie y observar el mundo desde una perspectiva tangencial que me permita estar en contacto con él sin implicarme en absoluto con nada.

Pero, por desgracia, las fronteras de nuestros universos relacionales se hayan inmersos en la voz de la conciencia.

4 comentarios:

eurocero dijo...

Las relaciones personales o amistosas no son ni una deuda ni una obligación. Esa independencia teórica ya te he dicho alguna vez que no la veo factible, al menos permanentemente. Para bien o para mal, eres un ser social. Con muchas dosis de antisocialidad, es cierto, pero desde el momento en que te aprovechas de ciertos elementos de esa sociedad, de los que a ti te convienen, te has convertido en eso.

Mambotaxi dijo...

La gente que no te aporta nada está ahí porque seguramente te aportaron en el pasado. Lo único que ocurre que unos se han quedado a un nivel y tú ya estás en otro. Lo de abandonarles... mi cabeza piensa igual que tú. Pero después no tengo to mucho arte para decir que no, asi que siempre vuelvo.

eurocero dijo...

Por mucho que cambien (o no cambien en absoluto) las personas y por poco que ya tengamos en común con ellas, sí que es realmente difícil dar carpetazo al pasado. Siempre queda algo, ahí latente...

eurocero dijo...

¡Queremos más!