20.6.05

Retiro vacacional

Últimamente no me apetece mucho escribir, lo siento.
Me dirijo en concreto a tres o cuatro personas que, como lectores habituales, mantienen este blog en pie.
La razón por la cual se me quitan las ganas es que no encuentro nada interesante sobre lo que hablar, y para hablar sobre cosas que no me estimulan, mejor permanecer en tierra de nadie y ver lo que se puede sacar en limpio.
Espero toparme pronto con algo que me rescate de este letargo comunicacional.

Queda pendiente un análisis de "Primer", la cual he de volver a ver para poder hablar de ella con cierta fidelidad. Mi primera incursión, muy desconcertante, me dejó con ganas de más y con la compañía de una gran paradoja que propulsada como por un resorte invade mi mente, sobre todo en los momentos previos al sueño, cuando pienso con más intensidad.

18.6.05

Primer Telegrama

Voy a ver la película que consiguió el Gran Premio del Jurado en Sundance el año pasado. Una vuelta de tuerca a los viajes espacio-temporales. Un presupuesto de $7000. Dirgida, escrita, producida, fotografiada, editada e interpretada (entre otros) por Shane Carruth. La excitación no me deja respirar. Más bien va a ser el calor. Creo que la están poniendo en el cine en España. En Inglaterra todavía no se ha estrenado. No dejeis de ir a verla. En el futuro hablaré de ella. Se titula “Primer”. Fin.

11.6.05

Apptel

Llevo más de una semana mordiéndome la lengua sobre un tema, para mi, muy delicado y estoy a punto de reventar. Así que antes de explosionar instantáneamente, ahí va.
No me puedo creer que el, a mis ojos brillante y siempre respetado, responsable de dos de las compañías más en boga del momento (Apple y Pixar), Don Steve Jobs, nos haya traicionado de esta manera. No me puedo creer que un señor que lleva la mayor parte de su carrera como CEO de Apple ostentando la supremacía de los procesadores IBM sobre su eterno competidor, Intel, y tratando continuamente de descalificar a través del marketing comparativo a la competencia, haya llegado a la impensable, indecible y despreciable opción de unir fuerzas con el enemigo.

Pues sí amigos, sí. Tengo que decirlo, y no os imagináis lo que me duele el hacerlo.
Steve Jobs... ERES HISTORIA.
Y no por el hecho de corromper unas cuasi perfectas, equilibradas y maravillosas máquinas como son los Mac, sino por que has vendido tu credibilidad.
Estoy seguro de que con el paso de los años, la ayuda de un nuevo portento como lo fue el primer iMac, un poco de ese buen saber vender y 20 maravillosas campañas de publicidad más, los puristas de Apple llegaríamos a perdonar tu traición y acabaríamos por arropar a un nuevo inquilino en nuestra casa Mac. Pero lo que nunca vamos a olvidar, es que eres alguien en el que ya no se puede confiar, que has dejado tus principios de lado (si es que alguna vez los tuviste) para poder vender más y que no hayas luchado para encontrar una alternativa que satisfaga a una clientela leal.

Me siento frustrado, engañado y sin futuro informático. Y todo porque IBM no ha conseguido elaborar chips G5 de bajo consumo para equipar la esperada nueva gama de PowerBooks. Creo que no me queda otra que aprender Unix, bajarme una configuración Linux y empezar a programar para ayudar a trasladar las fantásticas aplicaciones y utilidades de un sistema operativo, MacOsX Tiger, hoy por hoy sin igual.

10.6.05

El Cristo en Kennington Road

2 Reacio.

Me levanto y son las cinco de la tarde. Encima de la pila de libros erigida sobre la mesita de noche descansan tres valiums ajenos a su envoltorio. Siento náuseas. Es primordial que consiga abandonar el consumo de benzodiacepinas de una vez por todas. Extraños sueños los de esta noche. Había algo raro en los colores... Demasiado intensos. Los colores...

Mientras me preparo un desayuno tardío siento una extraña sensación de inquietud moral. Observo un cuadro más que familiar a través de la ventana de la cocina para acabar perdiendo la mirada en el horizonte. Repentinamente, algo poco usual, al menos en esta zona de la ciudad, capta mi atención. Un vagabundo registra sin confianza, cual oficial de policía un bolso sospechoso, el cubo de la basura del callejón sin salida que delimita con la pared posterior de mi casa. Me siento mal. No soy capaz de evadirme de la implicación ética que conlleva el observar a un humano sin techo y sin comida desde el confort que me aporta el tener un hogar.
Su sombrero me recuerda alguien...
A Indiana Jones! Que guay! Le voy a llamar Indi, de indigente, de Indiana Jones.

Ya lo estoy haciendo otra vez... disfrazando la verdad...

- Hola!

La taza de café vuela por encima de mis hombros alejándose de mi espalda mientras mi ritmo cardíaco se dispara y mi mano se dirige hacia el pecho para confortar a un corazón asustado.

- Mierda tío! Vas a conseguir que me tumben en una camilla.

Me giro lentamente a la vez que en mi cabeza se van despertando recuerdos de la noche pasada. Me encuentro de lleno con unos ojos... que ojos! La paz me invade. La taza de café reposa entre sus manos y no hay rastro de líquido derramado.

- Como te sientes?

- Un poco asustado.

- No hay peligro presente, lo sabes.

- Entonces, desconcertado?

- Simplemente, permítete creer.

- En que?

- En lo que quieras creer. Cierra los ojos.

Por mi mente comienzan a desfilar, veloces, pensamientos cotidianos. No tardo en darme cuenta de que las imágenes que me invaden, no son sino ejemplos de incredulidad, ejemplos de desconfianza, de rechazo, de duelo, de negación, de dolor. Ejemplos de pensamiento humano.

- No quiero creer en nada!

Abro los ojos para encontrarme con una habitación vacía, una taza de café en el suelo y una fuerte sensación de desasosiego.

Decido salir a la calle. Creo que voy a ir al cine. No se si llamar a Martha para que me acompañe. Que me apetece ir a ver...? No sé, algo fantástico.
Subo a mi habitación, agarro los valiums que descansan sobre la mesita de noche, los meto en la boca y mastico como un Domingo, de niño, los caramelos Pez.
Me siento agotado. Voy a tumbarme un rato. Tengo que llamar a Martha. No puedo cerrar los ojos. No puedo quedarme... dormido... otra...

9.6.05

Reflejo

La soledad me desborda con su inmensidad entre tinieblas. Como hallar mi lugar dentro de ella entre un sinfín de manchas de alquitrán adheridas al gris asfalto que la cubre? No puedo pensar y puedo llegar a pensar demasiado.
Poco a poco me voy convirtiendo en mi propio referente desdoblando mi personalidad y dejando entrever mi verdadera esencia. Autofelaciones intelectuales que se dejan engullir por mi hambre de sexo ficticia, acomodándose en mi estómago y produciendome violentas náuseas que expulsan mi aparato digestivo al frío exterior revelando a mi propia persona de lo que estoy hecho. La piel se me hiela cubriéndome de incertidumbre. Volveré a ser algún día aquel ser no pensante e inocente que disfrutaba de las cálidas mañanas de primavera aspirando la Tierra a través de sus limpios pulmones?
Quisiera poder ser libre durante un instante. Quisiera poder volar una sola vez entre la chatarra de mi existencia. Entre cuatro paredes, ácidos e intrincados patrones de cables y restos metálicos hasta la altura del techo y yo bateando mis alas sonriente... fluyendo con maestría... maestría digna del mismísimo Juan Salvador Gaviota.

8.6.05

Mis alas

Por extraño que pueda parecer, la semana pasada, finalmente conseguí culminar lo que se había convertido en una ardua tarea debido a circunstancias ajenas a mi control y también, posiblemente, al azar. La hazaña: terminar de ver “It’s a Wonderful Life” de Frank Capra, que aunque a pesar del hecho de que es una de las películas más televisadas de todos los tiempos yo la he tenido que ver en DVD, por primera vez entera, y aún así en dos sesiones. Y no es que no me guste o le preste poca atención, todo lo contrario, me parece una película envolvente, soñadora y elocuente. Una película con vida propia, tanto, que ha conseguido evitarme durante las dos últimas décadas. Porque eso es lo que yo creo que, ávida, consciente y esquiva, ha buscado el momento más adecuado en mi vida para mostrarse y hacerlo así con plenitud, brillantez y profundidad.

Lo curioso es que, no se si debido a las fechas de programación (suelen emitirla en Navidad), siempre que he intentado ver esta película he sido interrumpido por alguna visita, normalmente de carácter familiar. De algún modo es como si el espíritu de “Bedford Falls”, en esa última y lacrimógena escena de puro corazón solidario y altruista, evocara la unión familiar y/o amistosa en la vida real. Al menos a mí me gustaría creérmelo. La magia del cine transcendiendo más allá de nuestras adoradas pantallas.

Me gustaría pensar que todavía existen George Baileys en la vida. Me alegraría que todos fuéramos capaces de ver algún día un pequeño reflejo de la grandiosidad del héroe en nuestros familiares y amigos. Sería maravilloso que los grandes sacrificios, por pequeños que parezcan, sigan formando a nobles personas que merezcan nuestro respeto y cariño.

Y cada vez que una campana suene, que un ángel consiga sus alas!

7.6.05

Entre

Mi capacidad de fascinación hace que cualquier pequeño estímulo sensitivo se convierta en el mayor de los placeres a observar y analizar. Mi energía se disipa en un mundo interior de sensaciones que no puedo compartir y que me entierran lejos de la sociedad invalidando mi, ya de por sí, escasa destreza comunicativa.

Mentira.

Me gustaría creer que todo lo que digo sobre mi es cierto. Pero no es más cierto que el hecho de que en cualquier momento determinado que yo elija se convierta en mentira. Yo soy el referente y dueño de mis palabras. Yo puedo cambiar de posición con respecto a ellas transformando así su significado y creando en el proceso una nueva verdad desde la cual la anterior verdad se perciba como mentira.

Deberíamos permutar nuestras verdades y buscar el punto desde el cual todas ellas sean válidas al mismo tiempo, un lugar que anule toda mentira. Deberíamos tratar de comprender este basto universo de verdad en el que nos hallamos perdidos y el cual nos absorbe a través del antónimo de su contenido, la mentira. Mataríamos por encontrar una forma que nos permita ver al mismo tiempo las dos caras de la moneda...

Verdad o mentira?