12.7.05

Conversations

He tenido la suerte de toparme, gracias a un curso sobre cine en el que tomé parte como estudiante el año pasado, con un entretenidísimo y revelador libro titulado “The Conversations: Walter Murch and the Art of Editing Film” escrito nada menos que por Michael Ondaatje, artífice de la novela llevada al cine “The English Patient”. A todo aquel que le interese la edición y el sonido y pretenda formar parte del gremio encontrará en este libro un gran revulsivo contra directores estreñidos y sobreprotectores con sus creaciones, y al que no... de darle una oportunidad... espero que le ayude a apreciar estas dos facetas claves en la creación fílmica.
El libro está estructurado en forma de conversaciones entre Murch y Ondaatje en las cuales comparten y contrastan sus visiones sobre la narrativa cinematográfica en paralelo con la literaria, el arte de la edición y la técnicas de sonorización, entre otras cosas, cargando el peso en las opiniones del experto en dichos campos, Walter Murch. No hay más que leer las diez primeras páginas del mismo para quedarse completamente prendado por el aura de sabiduría, sentido común, lógica, inteligencia, humildad, magia e incluso a veces locura que desprende este genio desconocido para el público.
Murch fue compañero de estudios de George Lucas en la UCLA, a través del cual conoció a Francis Ford Coppola. Este encuentro fue el comienzo de lo que acabaría siendo una exitosa relación profesional que empezó a cuajar en los estudios de American Zoetrope, una iniciativa de Coppola, de la cual Lucas y Murch formaban parte, con vistas al desarrollo de estrategias innovadoras en el campo cinematográfico. La factoría Zoetrope nos ha brindado, a lo largo de los años, películas del calibre de “American Graffiti”, “The Godfather”, “Apocaypse Now”, “Rumble Fish” y más recientemente “Lost in Translation”.
Otra película, menos conocida, parte del catálogo de Zoetrope es “The Conversation”, dirigida por Coppola y en la que Murch se encargó de la grabación y montaje de sonido consiguiendo con ello incrementar hasta tres las nominaciones al Oscar para la película, sobre las dos de Coppola por mejor guión y dirección. Y es en realidad de esta película y de lo gratamente que me ha sorprendido sobre lo que quería hablar.

Cuando leía a Murch en el libro de Ondaatje hablando apasionadamente sobre la edición de sonido en “The Conversation” me entraban unas ganas irrefrenables de verla inmediatamente, razón por la cual acabé por comprármela en DVD. La verdad es que no me esperaba gran cosa de la historia, mi punto de enfoque iba más bien dirigido al aprendizaje técnico (en este caso sonorización) que al entretenimiento, pero para mi gran sorpresa esta película me ha proporcionado satisfacción con respecto a ambos aspectos.
No quiero revelar mucho de la trama así que voy a hacer una muy breve sinopsis: Harry Caul es un experto en vigilancia sónica que está llevando a cabo una misión en la que tiene que grabar una conversación entre una pareja de jóvenes ejecutivos a plena luz del día en una plaza llena de gente.
El resto de la historia gira en torno a la grabación de esta conversación y las consecuencias que puede traer para los implicados. La conversación en si, por si misma, no es significativa ni parece relevante exceptuando una de las frases finales que nos da una pista sobre el carácter de la investigación aunque de un modo bastante ambiguo. A lo largo de la película, la conversación va apareciendo como si de un personaje más se tratara sobre el que vamos descubriendo secretos gracias a la aparición de nuevos datos que el desarrollo de la trama nos va proporcionando. Es curioso ver como Harry Caul por medio de la repetición de escuchas consigue acercarse más y más a la espina dorsal de su significado y como a través de las entonaciones y emociones expresadas a través de la voz descifra los estados anímicos de los personajes que le llevan a conformar una teoría sobre las palabras que habían sido habladas.
La utilización del sonido junto con la banda sonora para crear tensión y ritmo son ejemplares en esta película. Algunas de las técnicas que Murch puso en práctica durante su creación fueron en su momento pioneras en la industria del cine. No puedo evitar el imaginarme a Walter Murch trabajando cada vez que veo a Harry Caul, en su estudio (entre aparatos y tecnología de sonido), tratando de enlazar las diferentes grabaciones con partes de la conversación para crear una cinta master con la totalidad de la misma.
El hecho de que veamos todo el proceso implicado en un oficio, para la mayoría del público desconocido, es otro de los factores que hacen fascinante a esta obra. A Coppola le entusiasmaba el poder observar procesos de creación y personajes trabajando con sus manos en la gran pantalla.
Pero si hay algo que me ha sorprendido y ampliado mi visión sobre esta película es la parte de la resolución final, en la que nos damos cuenta, una vez más a través de la conversación, de la naturaleza y de las intenciones de la misma gracias a un simple cambio en la entonación y acentuación de una palabra dentro de una frase, transformando su significado con la ayuda de la asociación, que este cambio desata, a sucesos que previamente se nos habían mostrado. Me quedo sin palabras...

En definitiva, una gran película de Francis Ford Coppola impensable sin la fantástica intervención de Walter Murch que me ha inducido al replanteamiento sobre la inteligencia creativa de un director que tenía un poco olvidado y al que nunca había prestado la atención que se merece.
Y no puedo terminar sin hacer mención a la sólida y consistente interpretación de Gene Hackman como Harry Caul, actor que me había pasado hasta ahora bastante desapercibido. Como curiosidad, la aparición de un jovencísimo y atractivo Harrison Ford cuyo estatus de superstar, con carácter retroactivo, añade una dimensión extraña a la película sin llegar a desviar demasiado nuestra atención de la historia evitando el perjudicar a la misma.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Viajé al mismísimo infierno en esa película, descendí hasta donde ya no se puede subir...

Jeremy Fox dijo...

Pues si te ha pasado desapercibido Gene Hackman tienes que prestarle más atención a partir de ahora porque tiene algunos papeles ciertamente grandes: French Connection, La Conversación, Muerde la Bala, Arde Mississipi o Sin Perdón.

Un placer leerte de nuevo.

Mambotaxi dijo...

Me han entrado unas ganas irrefrenables de ver esta película. Sabes si hay edición española?

Luis dijo...

De hecho, tengo toda la intención de hacerlo. Intentaré ver algunas de las películas que me recomiendas.
Muchas gracias por tu apoyo.

Por cierto Mambo, no tengo ni idea si hay edición española, pero si hay una película que deberías ver en versión original es esta.

Mambotaxi dijo...

Me refería mas bien a si estaba editada en España, había supuesto que había que verla en VO

Alberto Abuín dijo...

Mambotaxi, si que está editada en España, por manga, yo me hice con ella hace unos meses. Excepcional película, por cierto.
Otra recomendación sobre Gene Hackman: LA NOCHE SE MUEVE, una obra maestra de Arthur Penn. Imprescindible.