13.7.06

Superman Returns


En un principio me había planteado compartir mis impresiones sobre esta película sin haber espiado antes las críticas, reseñas, pareceres u opiniones de mis compañeros de la blogosfera, periodistas, podcasters, aficionados y demás.
Lo siento, no he podido. Las palabras que a continuación trataré de “promulgar” están condenadas de antemano a carecer del más mínimo ápice de originalidad. ¿O quizás no?

Dado que, en la mayoría de los escritos y disertaciones que he leído o escuchado, se parte de un enfoque en el se trata de objetivar una experiencia, especialmente subjetiva en este caso concreto (al menos para mi y supongo que para todo aquel al que la nostalgia haya conseguido teletransportar hasta el pasado convirtiéndolos en niños de nuevo), yo voy a tratar de encontrar esos objetos claves e intrínsecos al personaje de Superman que nos obligan a adorarlo y nos inducen a olvidar cualquier imperfección cinematográfica convencional que le rodea. Y digo objetos porque creo que la experiencia subjetiva parte de unos determinados valores y/o características del personaje que nos obnubilan convirtiendo todo lo demás en pequeñas partes adyacentes a un “hombre” fascinante.

Lo haré a modo de lista comparativa; en la que proporcionaré un desglose de esas características imprescindibles de Superman, contrastándolas con las supuestas imperfecciones o aciertos de los que padece o se beneficia la película de Bryan Singer:

•Superman es un alienígena bueno - ¿A quien le importa el pasado de Lex Luthor teniendo tanto que reflexionar sobre la fascinante civilización Kriptoniana? Es suficiente con que sea malo y lo necesariamente inteligente como para sostener una oposición digna del gran héroe. Al fin y al cabo son personajes de cómic. Nada que decir sobre sus secuaces. Meramente anecdóticos. Su “novia” Kitty Kowalski, divertida.

•Superman vuela (entre otras cosas) - ¡Y como vuela señores! Ya solo por esto vale la pena ver la película. ¿Y el ritmo? ¿Qué ritmo? Cuando Superman vuela el tiempo desaparece. ¿Y cuando no vuela? ¿A alguien le aburre esperar en la entrada de un concierto cuando va a ver actuar a su grupo favorito?

•Superman tiene una identidad secreta - ¿Es realmente importante el hecho de que unos reporteros tan sagaces no sean capaces de desenmascarar a Clark Kent? El parecido físico no es determinante. Superman se oculta tras una máscara de personalidad y carácter. Recordemos que hablamos de un personaje de cómic.

•Superman es un semidiós justiciero - Que como buen semidiós moderno hace sus apariciones-espectáculo para cientos/miles de espectadores que observan el cielo pasmados, con las bocas abiertas y los ojos como platos. ¡La mano de Dios actuando! Por fin algo en lo que creer prescindiendo de la actualmente tan mal lograda fe.

•Superman está enamorado - A pesar de ser conocido como el hombre de acero, no es de piedra. Aquí tenemos al antihéroe, Clark Kent, tratando de conquistar a la princesa que está enamorada del príncipe azul. Superman quiere ser amado por sus cualidades humanas y al mismo tiempo proteger a su amada separándola de una relación imposible con su yo extraterrestre. Sus enemigos la utilizarían, haciéndole daño, para llegar hasta él. ¿Qué harías tú? ¿Y Lex Luthor? ¿Estaré hablando de otra película? No importa. Es Superman.

•Superman es hijo adoptivo - Todo hijo adoptivo tiene curiosidad por conocer sus orígenes cuando se le presenta la oportunidad. ¿Hace falta dar más explicaciones al respecto? Si fuera de Ohio en vez de Kripton no habría tardado cinco años en realizar tan importante viaje.

•Superman es 33% héroe, 33% Clark Kent y 33% John Williams (con la venia de John Ottman) - Imaginar al superhéroe desligado de esta emocionantísima y evocadora composición musical, sería perder gran parte de su esencia. Los títulos de crédito acompañados de la misma en la versión de 1978 (Richard Donner) son un hito en la historia del cine moderno. Bryan Singer se ha encargado de actualizarlos con un gran respeto.

Retomemos, ahora sin comparaciones, esos objetos clave o características imprescindibles que hacen de la figura de Superman algo mágico y casi religioso (en el buen sentido de la palabra) y que convierten una película con el mismo por protagonista, en una experiencia completamente subjetiva:
Superman es un alienígena bueno, un semidiós justiciero, un hijo adoptivo, que vuela, con poderes, con una identidad secreta, 33% John Williams (permítaseme la licencia) y que está enamorado con dificultades para consumar su pasión.

¡Que se dedique a salvar gente haciendo gala de su maniobrabilidad aérea al ritmo de los compases de John Williams! Con eso es más que suficiente. El resto son todo pluses.

Bryan Singer lo ha planteado muy bien. Porque él también quiere a Superman.

4 comentarios:

miultimodia dijo...

Yo acabo de verla y me ha encantado. Como tu bien decías en tu post anterior: Gracias, Bryan Singer.
Me ha hecho volver a ser un niño durante unas horas estupendas...
Genial!

Anónimo dijo...

Joo pues a mi no me toca hasta el sabado... que nervios....
Ana Hache

Anónimo dijo...

Siempre vi la historia de Superman como una ficción que ha tomado vida propia; es la fición que surge de la mente de un pajero frustrado por no conseguir acosarse con la chica de sus fantasías, una compañera de trabajo. A todos los enclenques indefensos nos ha pasado alguna vez, nos enamoramos, nos encoñamos o simplemente nos obsesionamos con una tía buenorra y tras nuestra mirada perdida empezamos a imaginar. Muchas veces llegamos a creernos especiales y nos terminamos imaginando que volamos, que tenemos visión rayos X, que levantamos puentes de acero: nos vemos a nosotros mismos como superhéroes invencibles [...].

Luis dijo...

Mola ese punto de vista.