23.8.06

Scout

Siempre que iba a HMV cuando vivía en Londres, mi visita se limitaba única y exclusivamente a la sección de DVDs. Podía pasarme horas revisando las últimas novedades, las ofertas y leyendo la sinopsis de cualquier “cinta” que me llamase la atención. Ahora en Madrid no tengo más remedio que ir a la Fnac donde, de vez en cuando, también visito la sección de libros. Me pregunto si a alguien le resultará fácil encontrar un título concreto en este maldito lugar. Creo que tienen el peor sistema de organización de DVDs que he visto en mi vida. Con lo sencillo que es colocar todos los títulos por orden alfabético; aparte de tener varias secciones específicas, a su vez colocadas por orden alfabético (nunca por autores); y una última de ofertas, ni que decir tiene que por orden alfabético también.

En estos pequeños viajes al mundo de las películas, muy a menudo, suelo reencontrarme con obras que no puedo evitar coger en mi mano para sopesar una y otra vez la valía de su compra. Suelen ser películas que no he visto pero sobre las que sí he leído y tengo conocimiento, la mayoría grandes clásicos. O películas que no he visto y de las cuales, a veces, sospecho la calidad de su contenido por la referencia que me aporta su director. Otras veces me dejo guiar libremente por el instinto, que en ocasiones (más que suficientes) falla.
Una de estas perseverantes, perteneciente al primer grupo: grandes clásicos sobre los que he leído y escuchado pero que no he visto, es “To Kill A Mockingbird”. Estuve a punto de comprármela unas cuantas veces pero desafortunada o afortunadamente, según se vea, siempre aparecía otra película que yo creía más afín a mi gusto cinematográfico instigándome a no consumar mi relación con ella. Desde hace unos días, gracias a Telemadrid y su sistema Dual, puedo cerciorar la innegable maestría de este superclásico y la indudable certeza de que me la voy a comprar. Para todo aquel que no la haya visto y disfrute del séptimo arte es una cita ineludible.

Lo que no deja de extrañarme con respecto a esta película es la percepción que alguna gente, y más en concreto esos señores en la sombra que se dedican a redactar las sinopsis, tienen de la misma. Según muchos de ellos, o eso es lo que dan a entender; la película gira en torno a un juicio, al que un negro acusado por violación es sometido y a la figura del abogado que lo defiende Atticus Finch (Gregory Peck). Sinceramente, yo he visto una película diferente. Para mi los verdaderos protagonistas de la historia son los niños, de hecho la voz de la narradora es la de la hija de Atticus cuando es mayor.
Lo que se cuenta podría resumirse de la siguiente manera: Dos hermanos que viven en el sur de Estados Unidos durante la época de la represión, descubren poco a poco la vida, las injusticias, los prejuicios, un misterio y sobre todo a un padre con una bondad e integridad dignas de una figura mesiánica.

Estoy de acuerdo en que el juicio es uno de los momentos claves de la película y durante el cual el punto de vista, que hasta el momento había pertenecido mayoritariamente a los niños, cambia radicalmente pasando a pertenecer a Atticus (el héroe) para que así el público pueda identificarse más directamente con su “hazaña” (que en realidad es una derrota). Creo que nos encontramos aquí ante un claro ejemplo de variación sobre la estructura clásica del héroe, en lo referente al guión. Normalmente el protagonista y el héroe son la misma persona, pero en este caso hay una clara disociación entre los protagonistas (los niños) y el héroe, que funciona a su vez como mentor -en este caso no de si mismo sino de los protagonistas- (Atticus Finch). Esto ayuda a no forzar el arco de crecimiento de los personajes de los niños y crear un clímax a la altura del tema que se está tratando. Y he aquí donde a mi me parece que reside la fuerza bruta de esta película. Muy inteligentemente se nos presenta una historia de aventuras evocadora y nostálgica que nos convierte de nuevo en niños para en el segundo acto restaurar nuestra conciencia adulta e incrementar así por contraste el impacto de lo que se nos está contando. Si el punto de vista hubiera sido el de Atticus Finch durante todo el primer acto, muy probablemente se hubiera centrado en sus preocupaciones laborales. Por como está planteada la historia, veríamos entresijos del mundo de la abogacía y esporádicos contratiempos típicos de un padre de familia. Esto restaría, sin lugar a dudas, mucho potencial a la escena del juicio y a toda la obra. Se convertiría en algo parecido a un capítulo de “La Ley de los Ángeles”.



Por cierto, inolvidable momento en el que Atticus abandona la sala y el reverendo le dice a la hija de éste que se ponga en pie porque va a pasar su padre. Se me está haciendo un nudo en la garganta sólo de escribirlo.

Y ya para terminar algunas curiosidades:
- ¡Los niños no eran actores profesionales! Increíble pero cierto. Toda mi admiración para Robert Mulligan.
- Es una adaptación de la novela de Harper Lee con idéntico título, a la que le fue otorgado el premio Pulitzer el 1 de Mayo de 1961.
- Truman Capote, en su momento, sugirió que gran parte de la autoría del libro le correspondía. Él y Harper Lee eran buenos amigos (no sé hasta que punto después de esto). Si bien esta diferencia de opiniones nunca se llegó a esclarecer, sí es cierta la notable influencia del genio sobre la obra. Uno de los personajes, Dill, fue construido a su imagen y semejanza.
- Atticus Finch está en el número uno de la lista de Héroes de la historia del cine, redactada por el American Film Institute en Junio del 2003. Por delante de Indiana Jones (2º) y James Bond (3º).
- Produce Alan J. Pakula, director de la fantásticas “All the President’s Men” y “Sophie’s Choice” entre otras.

8 comentarios:

Mambotaxi dijo...

Durante todas mis vacaciones he estado acordándome de un nombre que se me venía constantemente a la cabeza: Atticus Finch. Llego a casa, me pongo a revisar blogs y me encuentro con esto. Llámalo como quieras, pero a mi estas cosas me hacen pensar bastante y me dan incluso un poco de miedo...

Luis dijo...

Jajaja. Ten cuidado Mambotaxi. Desde hoy domino de forma oficial todas tus conexiones neuronales.
Pura, simple y llana coincidencia.

Anónimo dijo...

La semana pasada estaba tomando un café con Luis M y aparecieron cinco libras en el suelo, fue cosa de magia. Sé que si tu hubieses estado allí hubieses pensado que se les habrían podido caer a dos petardas que tomaban café a nuestro lado y les hubieses preguntado... A cuenta de las 5 libras hablamos de ti, hablamos de tu honradez, por supuesto. Pero el tema es otro: quedamos en que las 5 libras serían para una peli (en el HMV hay auténticos ofertones ordenados algabéticamente jéjé). Le comentaré a Luis M que qué le parece “To Kill A Mockingbird”, pero no sé si le onvencerá, no tiene un final muy abierto que digamos.

Luis dijo...

Echo tanto de menos Londres... No te lo puedes ni imaginar.
Ayer mismo, tomándonos unas copas, hablábamos Juanito y yo de los amigos que habíamos dejado atrás.
Que elija la película Luis, seguro que te sorprende.
Un abrazo muy fuerte para él, para ti y para Anita.

Anónimo dijo...

Y desde luego que la va a elejir él, la suya. Mañama he quedado con él para empezar a rodar su peli, aunque creo qu ya estuvo hoy haciendo algo con nuestro áctor italiano. Vuelve cuando quieras. Vuelve cuanto antes, tendremos un hueco para ti, por supuesto.

Luis dijo...

Como se suele decir en estos casos: ¡mucha mierda!
Estoy impaciente por poder ver el resultado. Para mi ya es un triunfo antes de verla. A ver si me pongo yo con la mía. Le faltan unos pequeños retoques al guión y después sólo queda lo más dificil... :)
Un abrazo.

miultimodia dijo...

Queremos más posts!!

Carol Bret dijo...

A mí también me resulta curioso el hecho de que la crítica no dé más importancia a los niños y al que me parece el "otro" gran héroe de la historia, Buh, el ruiseñor...