19.9.05

Last Days


Para todo aquel que todavía no esté al tanto de mi inminente regreso (y le interese), hoy anuncio el comienzo de mis últimos días en Londres.
Dentro de una semana y media, si es que encontramos piso, me hallaré de vuelta en España y medio perdido por la Meseta Central - de Valladolid a Madrid - pues la tarifa aérea hasta esta primera localidad es mucho más económica: unas meras £15.
Y ya en la capital a buscar trabajo, a tiempo parcial, para poder pagarme los estudios y el piso. Complicadilla la cosa. En estos casos hay que recurrir a la ayuda familiar...
Y sí, por fin! Voy a estudiar cine. Para ser más concreto: Diplomatura de Dirección Cinematográfica en NIC Instituto del Cine de Madrid.

14.9.05

Last Days

Mi última incursión cinematográfica ha venido de la mano de Gus Van Sant. Como parte de una trilogía sobre la muerte, en “Last Days” se nos otorgan los últimos días de Blake, un músico de gran éxito comercial incapaz de llenar un vacío existencial que le absorbe y por lo cual acaba cometiendo suicidio. Obviamente el personaje está basado en la figura de Kurt Cobain, aunque los sucesos de esos últimos días en la vida del cantante no tengan mucho que ver con la trama de la película.

Es probable que estemos asistiendo al nacimiento de un nuevo subgénero cinematográfico en el que el previo conocimiento de la resolución de los sucesos contados, por parte del espectador, debido a su anterior exposición mediática, permite al director grandes licencias a la hora de estructurar y malear la historia. Nos encontramos aquí ante un realismo simulado y manipulado que catapulta nuestra capacidad voyeur hasta límites insospechados sumergiéndonos en la vida de los personajes, incluso llegando a hacernos creer que estamos presenciando acontecimientos reales. Todo esto lo consigue Van Sant a través de un lirismo arrollador obtenido a través de la observación de actos sin importancia (incluso absurdos en ocasiones), momentos íntimos y sucesos cotidianos que de cualquier otra manera no tendrían cabida en una pantalla de cine. Cualidades a tener en cuenta son la maravillosa fotografía acompañada de una oportunísima selección musical, el diseño de sonido y una brillante dirección que nos encamina hacia al encuentro con el interior de sus protagonistas.

En el caso en particular de “Last Days”, en ningún momento se nos permite como espectadores sentirnos identificados con la figura de Blake. Simplemente se nos muestra en plena decadencia, al igual que la casa en la que habita, incapaz de comunicarse con los individuos que conforman su entorno y murmurando reflexiones poco inteligibles que acentúan su atrincheramiento mental. Van Sant utiliza para ello planos medios y generales en los que difícilmente podemos encontrarnos con la mirada del protagonista para crear esa sensación de separación que consigue desvincularnos de sus emociones y evitar que sintamos la desgracia del mismo. De pronto nos encontramos como observadores invisibles en una persecución pasiva durante la cual, conscientes del inevitable final, dejamos de lado nuestra ansia por juzgar y nos inmiscuimos poco a poco en el estado mental de Blake. Lo acompañamos en su viaje “trascendental”, en su rendición a la muerte y su anestesiada y vagante espera por la liberación final.

Esto es a lo que yo llamo “utilización inteligente del poder mediático”, la apropiación de la imagen de un ídolo moderno para crear una interpretación libre en la que se nos muestra la parte final de un proceso de autodestrucción humano. Porque aunque muchos quieran creer que la película es sobre Kurt Cobain y sea inevitable pensar en su figura mientras presenciamos los devaneos de Michael Pitt por la pantalla, nada más lejos de la realidad. He aquí el gran acierto y donde reside la gran fuerza de esta obra. Al igual que en “Gerry” y en “Elephant”, Gus Van Sant, utiliza un acontecimiento real que causó en su tiempo una conmoción colectiva como inspiración para el desarrollo de la “historia” que nos quiere contar. Y digo historia entre comillas, porque ante esta trilogía nos enfrentamos más a un mundo de sensaciones que evocan el estado mental de los protagonistas y nos permiten adivinar el motivo de sus actos que a la más establecida y extendida forma de construir personajes a través de una trama bien definida gracias a la cual podemos observar el progresivo crecimiento de los mismos. Y es precisamente por culpa del aferramiento radical de muchos críticos a este estándar y por el acomodamiento del público a una fórmula concreta por lo que Last Days nunca será una película de masas. Algo de lo que, al contrario de lo que muchos puedan pensar, en este caso la obra se beneficia cobrando más fuerza como una declaración de puro espíritu indie que refleja la esencia de su contenido a través de una auto-limitación de carácter popular.

13.9.05

A matter of taste

El otro día, gracias a Juan, me di cuenta de que probablemente la mayoría de la gente que leéis mi blog lo estáis haciendo bajo "la influencia distorsionadora de Windows". Me explico. Cuando elegí la tipografía que iba a utilizar en el diseño nunca tuve en cuenta que la "Helvetica" es una fuente de sistema incluida en MacOs pero no en Windows y que como tipografía alternativa tenía seleccionada cualquiera con serif. Pues bien, a partir de hoy podréis apreciar la versión más parecida posible en lo referente a mi selección tipográfica inicial. He introducido la "Arial" como fuente principal, incorporada por defecto en Windows y la más cercana o parecida a la maravillosa y cuasi-perfecta "Helvetica".

19.8.05

Querida Wendy,

Te escribo esta carta para poder liberarme del peso que mis sentimientos por ti generan en el desván de mi obsesión. Te escribo para decirte que nuestro primer y único encuentro ha calado tan hondo en mi que nunca te podré olvidar. Te escribo para que sepas que te quiero, te adoro y te respeto por tu fantasía, tu belleza y tu extraña realidad.


Dick es un adolescente sin madre que vive en un pequeño pueblo minero en Estados Unidos y trabaja en un supermercado de barrio situado en la misma plaza en la que reside. Con el motivo del cumpleaños de otro adolescente del pueblo, Dick compra un arma (supuestamente de juguete) en la tienda de regalos de la plaza que nunca llegará a entregar a su inicialmente intencionado destinatario final. Un día en el trabajo, a Dick se le cae la pistola enfrente de su compañero que, resultando ser un experto en el tema, le revela la autenticidad de la pieza. A partir de ese momento especial, comienza a forjarse entre ellos una amistad fundamentada en la admiración que ambos sienten por las armas. Con el tiempo deciden crear un club, “The Dandies”, del que pasarán a formar parte los adolescentes perdedores del pueblo, regido por una serie de estrictas normas de conducta a través del cual promulgan, entre ellos, el pacifismo con una reserva muy particular: el uso y la posesión de sus preciados objetos de deseo.

“Dear Wendy” es la nueva recién nacida de uno de los padres más transgresores y originales del panorama cinematográfico actual, Lars Von Trier, que en este caso solo se ha encargado de dar a luz, cediéndole el privilegio de criarla a uno de sus mejores amigos y co-fundador junto con él del movimiento Dogma, Thomas Vinterberg.

Otra vez más, muy lejos de dicho movimiento y con poca ansia por retomar sus principios, Von Trier invade nuestras mentes con su ya característico hiper-realismo llevado al terreno del estudio sociológico, a través de su visión externa (en palabras del propio director: “alterada por los medios”) de una U.S.A. única, absurda, despiadada y feroz.
De nuevo, al igual que en “Dogville”, el establecimiento de unas normas de conducta y moral paralelas a las de una sociedad representada por una comunidad pobre y aislada conforman la esencia de la historia. El rechazo a lo establecido y predominante, que no lo mejor y casi siempre lo más aburrido, le sirve a Von Trier como propulsor de una alternativa - realmente alternativa en esta ocasión - en donde la estilización; que abarca conceptos, personajes, imagen y selección musical (proceso del que obviamente Vinterberg siendo el director participa) funciona como espina dorsal de un declaración “cool” que nos hace comprender y acercarnos al núcleo de la fascinación humana por las armas de fuego a todos aquellos que nunca hemos llegado a experimentarla en el mundo real. En lo que a mi respecta, no pude sino rendirme por completo ante la perfecta combinación que supone la música de “The Zombies”, las armas con solera y la estética neo-victoriana junto con pequeños extractos de las poses y valores refinados característicos de los precursores del esnobismo: los Dandies.

Lars Von Trier es un director que siempre ha mostrado interés en la conducta y comportamientos humanos sentando las bases de sus intensos análisis socio-culturales con “Idioterne” en la que ya aparece el concepto de grupo, pequeña comunidad o mini-sociedad regido por unas normas internas, establecidas en su mayoría por una figura líder, a las que sus componentes se someten con la esperanza de alcanzar un cierto estado de iluminación tras el cual conseguirán la liberación de lo banal cobrando un cierto grado de significación. Para exponerlo de modo más sencillo: pseudo-sectas intelectuales. Este patrón se repite en “Dogville” (probablemente también lo haga en “Manderlay” y Wasington”), de nuevo en “Dear Wendy” y en la vida real como precursor de todo ello con la creación del famoso Dogma. Porque, qué es el Dogma más que un pequeño grupo con un claro líder y una serie de normas internas a través de las cuales se busca una liberación del “fascismo de carácter capitalista” establecido con respecto a la forma de crear del cine moderno? Y es precisamente esto una de las cosas que más me fascinan de este director. Ese ansia por diferenciarse de lo establecido, ese espíritu alternativo, esa inquietud filosófica, ese estudio del carácter revolucionario humano. Porque Von Trier no nos habla en estas películas sobre personas en particular, nos habla sobre la evolución e imperfección del sistema de organización social a través de la pequeña revolución de esas personas en particular. Y es en “Dear Wendy” (de entre sus creaciones aquí mencionadas) donde podemos encontrar el más claro ejemplo de la figura humana como protagonista desglosada a través de personajes, poco trabajados - si cabe - a nivel individual, entre los que se establece una dinámica de grupo con un fin común intentando así representar la esencia rebelde e inconformista de una parte de la sociedad actual en contraposición a la parte opuesta y mayoritaria de la misma.

18.8.05

De pelicula

Espero con impaciencia la nueva creación de un imaginero con talento sin igual.
La nueva película de Terry Gilliam nos lleva, nada más y nada menos, que al mundo de los hermanos Grimm. Y las chispas iluminan la oscura estancia, y a mi ya me ha atrapado. Los cuentos que se encargaron de añadir magia a mi infancia a través de la visión brillante del director que dió vida al Barón de Munchausen!
Esto no es sólo cine, es una experiencia trascendental a través de la cual nos acercaremos como nunca antes lo habíamos hecho a una parte de nuestro pasado sin olvidarnos de nuestro yo presente.

Algunos de los posters:


...el comercial


...el cómico-mágico. Más estilo Gilliam.

30.7.05

Cadenas

Me aterra la constante, y a cada paso más cercana, presencia de la amenazante muerte oculta entre finos hilos de tiempo que se enredan, poco a poco, entre mis años, con la intención de ahorcarme finalmente ante su entonces ponderante y desnuda apariencia.

Me inflijo dolor pensando en la posibilidad de ver más allá de una existencia banal, efímera y carnal que determina el límite de nuestra capacidad como entes potencialmente supremos atrapados en las celdas de nuestra vidas aboliendo el valor que sugiere la obviedad.

Pienso mi pensamiento para evadirme del yo que me sostiene firmemente tratando de objetivar mis vivencias a través del contenido de mis experiencias. Trato de expandirme en un vacío sin guía que me rechaza violentamente haciendo que me reencuentre con lo absurdo de una confinación servida ahora cual penitencia.

Aúno fuerzas para poder desatar algún día el perro guardián que llevo dentro y vigila impasible la oscura decadencia de la procesión corrupta de géneros, de espacios, de números, de falsos yo, de vida y de actos que no pueden ser otra cosa que simples actos afines al suelo y a la hora.

21.7.05

Renacimiento

Estoy atrapado en las mazmorras de la concesión. He abandonado parte de mi vida entregándosela a la "amistad". Ahora me siento afligido y el rencor se arrastra entre los barrotes y cadenas que aprisionan mi miseria. Tengo que actuar. No puedo quedarme sentado esperando la llamada esquizofrénica de mi hado. He de proyectar mi visión, establecer otra perspectiva. He de buscar entre las cenizas de mi raciocinio, limpiar mis pensamientos y descubrir así la tangente que me liberará del círculo de mi condena.

Espero a que la lucidez me invada...
... deslumbrante, comienza a emanar desde mi interior...

De entre mis carnes, propulsadas por una explosión de éxtasis, una vorágine de venas hambrientas se proyecta hacia el espacio para acabar anclándose en la aortas de todos los seres vivientes. Violando flujos sanguíneos. Saboreando la omnipresencia por tan solo un instante. Inoculándome de sabiduría hasta que todas y cada una de las palabras se convierten en seudónimos de mi nombre.
Esquivo después la muerte, de ligero, con mi conocimiento infinito, y me entrego al vuelo de Morfeo que moldea un nuevo yo con la destreza de sus alas sedosas acariciando la piel de mi esencia.

12.7.05

Conversations

He tenido la suerte de toparme, gracias a un curso sobre cine en el que tomé parte como estudiante el año pasado, con un entretenidísimo y revelador libro titulado “The Conversations: Walter Murch and the Art of Editing Film” escrito nada menos que por Michael Ondaatje, artífice de la novela llevada al cine “The English Patient”. A todo aquel que le interese la edición y el sonido y pretenda formar parte del gremio encontrará en este libro un gran revulsivo contra directores estreñidos y sobreprotectores con sus creaciones, y al que no... de darle una oportunidad... espero que le ayude a apreciar estas dos facetas claves en la creación fílmica.
El libro está estructurado en forma de conversaciones entre Murch y Ondaatje en las cuales comparten y contrastan sus visiones sobre la narrativa cinematográfica en paralelo con la literaria, el arte de la edición y la técnicas de sonorización, entre otras cosas, cargando el peso en las opiniones del experto en dichos campos, Walter Murch. No hay más que leer las diez primeras páginas del mismo para quedarse completamente prendado por el aura de sabiduría, sentido común, lógica, inteligencia, humildad, magia e incluso a veces locura que desprende este genio desconocido para el público.
Murch fue compañero de estudios de George Lucas en la UCLA, a través del cual conoció a Francis Ford Coppola. Este encuentro fue el comienzo de lo que acabaría siendo una exitosa relación profesional que empezó a cuajar en los estudios de American Zoetrope, una iniciativa de Coppola, de la cual Lucas y Murch formaban parte, con vistas al desarrollo de estrategias innovadoras en el campo cinematográfico. La factoría Zoetrope nos ha brindado, a lo largo de los años, películas del calibre de “American Graffiti”, “The Godfather”, “Apocaypse Now”, “Rumble Fish” y más recientemente “Lost in Translation”.
Otra película, menos conocida, parte del catálogo de Zoetrope es “The Conversation”, dirigida por Coppola y en la que Murch se encargó de la grabación y montaje de sonido consiguiendo con ello incrementar hasta tres las nominaciones al Oscar para la película, sobre las dos de Coppola por mejor guión y dirección. Y es en realidad de esta película y de lo gratamente que me ha sorprendido sobre lo que quería hablar.

Cuando leía a Murch en el libro de Ondaatje hablando apasionadamente sobre la edición de sonido en “The Conversation” me entraban unas ganas irrefrenables de verla inmediatamente, razón por la cual acabé por comprármela en DVD. La verdad es que no me esperaba gran cosa de la historia, mi punto de enfoque iba más bien dirigido al aprendizaje técnico (en este caso sonorización) que al entretenimiento, pero para mi gran sorpresa esta película me ha proporcionado satisfacción con respecto a ambos aspectos.
No quiero revelar mucho de la trama así que voy a hacer una muy breve sinopsis: Harry Caul es un experto en vigilancia sónica que está llevando a cabo una misión en la que tiene que grabar una conversación entre una pareja de jóvenes ejecutivos a plena luz del día en una plaza llena de gente.
El resto de la historia gira en torno a la grabación de esta conversación y las consecuencias que puede traer para los implicados. La conversación en si, por si misma, no es significativa ni parece relevante exceptuando una de las frases finales que nos da una pista sobre el carácter de la investigación aunque de un modo bastante ambiguo. A lo largo de la película, la conversación va apareciendo como si de un personaje más se tratara sobre el que vamos descubriendo secretos gracias a la aparición de nuevos datos que el desarrollo de la trama nos va proporcionando. Es curioso ver como Harry Caul por medio de la repetición de escuchas consigue acercarse más y más a la espina dorsal de su significado y como a través de las entonaciones y emociones expresadas a través de la voz descifra los estados anímicos de los personajes que le llevan a conformar una teoría sobre las palabras que habían sido habladas.
La utilización del sonido junto con la banda sonora para crear tensión y ritmo son ejemplares en esta película. Algunas de las técnicas que Murch puso en práctica durante su creación fueron en su momento pioneras en la industria del cine. No puedo evitar el imaginarme a Walter Murch trabajando cada vez que veo a Harry Caul, en su estudio (entre aparatos y tecnología de sonido), tratando de enlazar las diferentes grabaciones con partes de la conversación para crear una cinta master con la totalidad de la misma.
El hecho de que veamos todo el proceso implicado en un oficio, para la mayoría del público desconocido, es otro de los factores que hacen fascinante a esta obra. A Coppola le entusiasmaba el poder observar procesos de creación y personajes trabajando con sus manos en la gran pantalla.
Pero si hay algo que me ha sorprendido y ampliado mi visión sobre esta película es la parte de la resolución final, en la que nos damos cuenta, una vez más a través de la conversación, de la naturaleza y de las intenciones de la misma gracias a un simple cambio en la entonación y acentuación de una palabra dentro de una frase, transformando su significado con la ayuda de la asociación, que este cambio desata, a sucesos que previamente se nos habían mostrado. Me quedo sin palabras...

En definitiva, una gran película de Francis Ford Coppola impensable sin la fantástica intervención de Walter Murch que me ha inducido al replanteamiento sobre la inteligencia creativa de un director que tenía un poco olvidado y al que nunca había prestado la atención que se merece.
Y no puedo terminar sin hacer mención a la sólida y consistente interpretación de Gene Hackman como Harry Caul, actor que me había pasado hasta ahora bastante desapercibido. Como curiosidad, la aparición de un jovencísimo y atractivo Harrison Ford cuyo estatus de superstar, con carácter retroactivo, añade una dimensión extraña a la película sin llegar a desviar demasiado nuestra atención de la historia evitando el perjudicar a la misma.

6.7.05

Ghostbusters

Aquí estoy de nuevo. Y una vez más el cine me ha hecho funcionar.

Siempre me ha fascinado el cine fantástico y de ciencia ficción al igual que siempre he sentido una fuerte atracción por fenómenos inexplicables. El recuerdo de mi primera experiencia cinematográfica es en forma de extraterrestre Spielbergiano y mi primer encuentro con el mundo paranormal, de la mano de Ivan Reitman, tuvo lugar en un cine de A Coruña bajo el fabuloso título “Ghostbusters”.

A pesar de que la nostalgia juegue un papel importante en mi percepción de esta pequeña obra maestra puedo afirmar, de la forma más objetiva que esto me permite, que se ha ganado su éxito y reconocimiento a base de talento, pulso y una idea muy original.

He aquí algunas de las características que le han ayudado a formar parte de la historia del cine:

- Un buen guión, curiosamente escrito por Harold Ramis y Dan Aykroyd.
- Una maravilloso tema de Ray Parker Jr. que hoy por hoy se podría calificar como canción popular. Nominada al oscar por Mejor Canción Original.
- Diálogos lo suficientemente inteligentes y graciosos que sirven a un guión bien estructurado. Sabiendo de la mano de quien vienen me cuesta creer que hayan conseguido evitar que la película se convirtiera en un cúmulo de gags que acabaran por difuminar la historia.
- Asombrosos efectos especiales que han envejecido de manera agraciada, elaborados por un equipo de gente que había trabajado antes en películas como “Star Wars”, “Poltergeist” y “Raiders of the Lost Ark”, los cuales ganaron a la película la segunda de las dos nominaciones a los Oscar en 1985.
- Personajes bien dibujados que aunque un poco clichés en comedia funcionan.
- Hilarantes interpretaciones. A destacar las de Bill Murray, Dan Aykroyd y Rick Moranis, los tres provenientes del show cómico “Saturday Night Live” sin olvidarnos de la siempre brutal Sigourney Weaver.
- Una dirección sin lucimientos pero efectiva y a servicio de los actores que es como en una comedia debe funcionar.
- La grandiosa, alocada y fotogénica New York City que como trasfondo para la risa sobrenatural no tiene rival.

Algunos datos curiosos:

Originalmente estaba pensada en el futuro, en el espacio exterior y con diferentes compañías exterminadoras de fantasmas compitiendo por liberar al universo del fastidio de lo paranormal.

Ivan Reitman propuso a Harold Ramis como co-guionista y tercer cazafantasmas.

Las voces de Zuul (el malo del final) y Slimer (el bicho verde de los mocos) son ambas de Ivan Reitman.

Slimer fue diseñado con John Belushi de referente. Este participaba también en el “Saturday Night Live” y acabó muriendo víctima de las drogas a una temprana edad.

Escenas como la de la Biblioteca Pública de Nueva York no son fáciles de olvidar, pero para el que no la recuerde trataré de describirla brevemente: Una bibliotecaria entrada en años haciendo su camino entre estanterías llenas de libros que tras su paso comienzan a flotar en el aire e intercambiarse silenciosamente de lugar y cajones de archivos que se abren a sus espaldas y comienzan a proyectar fichas hacia el aire como si el viento se escondiese en ellos y llegara su hora de jugar.
Cuando evoco el recuerdo que tengo de la misma siendo pequeño se me ponen los pelos de punta solo de pensar en estar en en lugar de la pobre y entrañable bibliotecaria que nos conduce a través de los magnificentes y atmosféricos pasillos dejando tras su paso un rastro de actividad paranormal.
Reanalizando la misma escena tras un reciente visionado no puedo evitar pensar en la genialidad y comicidad de la situación que me remonta a mis años de colegio cuando los profesores vueltos contra el encerado eran objeto de silenciosas mofas y burlas por parte del alumnado.

Más adelante, en la segunda escena de la biblioteca, nos encontramos con la bibliotecaria en shock, tumbada encima de una de las mesas de lectura (si no recuerdo mal) y al Doctor Venkman (Bill Murray) haciendole una serie de preguntas de carácter “formal”.

VENKMAN
(to the old woman)
All right, miss. Have you or has any member
of your family ever been diagnosed
schizophrenic or mentally incompetent?

LIBRARIAN
Well, my uncle thought he was St. Jerome.

VENKMAN
(looks at Stantz)
I'll call that a big "yes."
(to the old woman)
Do you yourself habitually use drugs,
stimulants or alcohol?

LIBRARIAN
No.

VENKMAN
I thought not. And one last thing. Are you
currently menstruating?

HEAD LIBRARIAN
(shocked)
What's that got to do with it?

VENKMAN
(snaps)
Back off, man! I'm a scientist!

Y todo esto habiéndonos enterado, en la escena anterior, de la incompetencia del doctor Venkman como científico y el enfoque de sus dudosas cualidades como tal hacia el arte del ligoteo. Simplemente excepcional.

Os recomiendo a todos que la volváis a ver. No tiene desperdicio. Un equilibrio perfecto entre comedia y ficción sobrenatural, nada fácil de conseguir y sino que se lo pregunten a Ivan Reitman que en el 2001 lo volvió a intentar con "Evolution" la cual, desgraciadamente para él, no consiguió ni una centésima parte del éxito que arropó a “Cazafantasmas” en 1984.

Todavía queda pendiente el comentario que prometí de "Primer", esa compleja e intrincada historia que no se si algún día llegaré a comprender. Hasta entonces prefiero mantenerme al margen.

20.6.05

Retiro vacacional

Últimamente no me apetece mucho escribir, lo siento.
Me dirijo en concreto a tres o cuatro personas que, como lectores habituales, mantienen este blog en pie.
La razón por la cual se me quitan las ganas es que no encuentro nada interesante sobre lo que hablar, y para hablar sobre cosas que no me estimulan, mejor permanecer en tierra de nadie y ver lo que se puede sacar en limpio.
Espero toparme pronto con algo que me rescate de este letargo comunicacional.

Queda pendiente un análisis de "Primer", la cual he de volver a ver para poder hablar de ella con cierta fidelidad. Mi primera incursión, muy desconcertante, me dejó con ganas de más y con la compañía de una gran paradoja que propulsada como por un resorte invade mi mente, sobre todo en los momentos previos al sueño, cuando pienso con más intensidad.

18.6.05

Primer Telegrama

Voy a ver la película que consiguió el Gran Premio del Jurado en Sundance el año pasado. Una vuelta de tuerca a los viajes espacio-temporales. Un presupuesto de $7000. Dirgida, escrita, producida, fotografiada, editada e interpretada (entre otros) por Shane Carruth. La excitación no me deja respirar. Más bien va a ser el calor. Creo que la están poniendo en el cine en España. En Inglaterra todavía no se ha estrenado. No dejeis de ir a verla. En el futuro hablaré de ella. Se titula “Primer”. Fin.

11.6.05

Apptel

Llevo más de una semana mordiéndome la lengua sobre un tema, para mi, muy delicado y estoy a punto de reventar. Así que antes de explosionar instantáneamente, ahí va.
No me puedo creer que el, a mis ojos brillante y siempre respetado, responsable de dos de las compañías más en boga del momento (Apple y Pixar), Don Steve Jobs, nos haya traicionado de esta manera. No me puedo creer que un señor que lleva la mayor parte de su carrera como CEO de Apple ostentando la supremacía de los procesadores IBM sobre su eterno competidor, Intel, y tratando continuamente de descalificar a través del marketing comparativo a la competencia, haya llegado a la impensable, indecible y despreciable opción de unir fuerzas con el enemigo.

Pues sí amigos, sí. Tengo que decirlo, y no os imagináis lo que me duele el hacerlo.
Steve Jobs... ERES HISTORIA.
Y no por el hecho de corromper unas cuasi perfectas, equilibradas y maravillosas máquinas como son los Mac, sino por que has vendido tu credibilidad.
Estoy seguro de que con el paso de los años, la ayuda de un nuevo portento como lo fue el primer iMac, un poco de ese buen saber vender y 20 maravillosas campañas de publicidad más, los puristas de Apple llegaríamos a perdonar tu traición y acabaríamos por arropar a un nuevo inquilino en nuestra casa Mac. Pero lo que nunca vamos a olvidar, es que eres alguien en el que ya no se puede confiar, que has dejado tus principios de lado (si es que alguna vez los tuviste) para poder vender más y que no hayas luchado para encontrar una alternativa que satisfaga a una clientela leal.

Me siento frustrado, engañado y sin futuro informático. Y todo porque IBM no ha conseguido elaborar chips G5 de bajo consumo para equipar la esperada nueva gama de PowerBooks. Creo que no me queda otra que aprender Unix, bajarme una configuración Linux y empezar a programar para ayudar a trasladar las fantásticas aplicaciones y utilidades de un sistema operativo, MacOsX Tiger, hoy por hoy sin igual.

10.6.05

El Cristo en Kennington Road

2 Reacio.

Me levanto y son las cinco de la tarde. Encima de la pila de libros erigida sobre la mesita de noche descansan tres valiums ajenos a su envoltorio. Siento náuseas. Es primordial que consiga abandonar el consumo de benzodiacepinas de una vez por todas. Extraños sueños los de esta noche. Había algo raro en los colores... Demasiado intensos. Los colores...

Mientras me preparo un desayuno tardío siento una extraña sensación de inquietud moral. Observo un cuadro más que familiar a través de la ventana de la cocina para acabar perdiendo la mirada en el horizonte. Repentinamente, algo poco usual, al menos en esta zona de la ciudad, capta mi atención. Un vagabundo registra sin confianza, cual oficial de policía un bolso sospechoso, el cubo de la basura del callejón sin salida que delimita con la pared posterior de mi casa. Me siento mal. No soy capaz de evadirme de la implicación ética que conlleva el observar a un humano sin techo y sin comida desde el confort que me aporta el tener un hogar.
Su sombrero me recuerda alguien...
A Indiana Jones! Que guay! Le voy a llamar Indi, de indigente, de Indiana Jones.

Ya lo estoy haciendo otra vez... disfrazando la verdad...

- Hola!

La taza de café vuela por encima de mis hombros alejándose de mi espalda mientras mi ritmo cardíaco se dispara y mi mano se dirige hacia el pecho para confortar a un corazón asustado.

- Mierda tío! Vas a conseguir que me tumben en una camilla.

Me giro lentamente a la vez que en mi cabeza se van despertando recuerdos de la noche pasada. Me encuentro de lleno con unos ojos... que ojos! La paz me invade. La taza de café reposa entre sus manos y no hay rastro de líquido derramado.

- Como te sientes?

- Un poco asustado.

- No hay peligro presente, lo sabes.

- Entonces, desconcertado?

- Simplemente, permítete creer.

- En que?

- En lo que quieras creer. Cierra los ojos.

Por mi mente comienzan a desfilar, veloces, pensamientos cotidianos. No tardo en darme cuenta de que las imágenes que me invaden, no son sino ejemplos de incredulidad, ejemplos de desconfianza, de rechazo, de duelo, de negación, de dolor. Ejemplos de pensamiento humano.

- No quiero creer en nada!

Abro los ojos para encontrarme con una habitación vacía, una taza de café en el suelo y una fuerte sensación de desasosiego.

Decido salir a la calle. Creo que voy a ir al cine. No se si llamar a Martha para que me acompañe. Que me apetece ir a ver...? No sé, algo fantástico.
Subo a mi habitación, agarro los valiums que descansan sobre la mesita de noche, los meto en la boca y mastico como un Domingo, de niño, los caramelos Pez.
Me siento agotado. Voy a tumbarme un rato. Tengo que llamar a Martha. No puedo cerrar los ojos. No puedo quedarme... dormido... otra...

9.6.05

Reflejo

La soledad me desborda con su inmensidad entre tinieblas. Como hallar mi lugar dentro de ella entre un sinfín de manchas de alquitrán adheridas al gris asfalto que la cubre? No puedo pensar y puedo llegar a pensar demasiado.
Poco a poco me voy convirtiendo en mi propio referente desdoblando mi personalidad y dejando entrever mi verdadera esencia. Autofelaciones intelectuales que se dejan engullir por mi hambre de sexo ficticia, acomodándose en mi estómago y produciendome violentas náuseas que expulsan mi aparato digestivo al frío exterior revelando a mi propia persona de lo que estoy hecho. La piel se me hiela cubriéndome de incertidumbre. Volveré a ser algún día aquel ser no pensante e inocente que disfrutaba de las cálidas mañanas de primavera aspirando la Tierra a través de sus limpios pulmones?
Quisiera poder ser libre durante un instante. Quisiera poder volar una sola vez entre la chatarra de mi existencia. Entre cuatro paredes, ácidos e intrincados patrones de cables y restos metálicos hasta la altura del techo y yo bateando mis alas sonriente... fluyendo con maestría... maestría digna del mismísimo Juan Salvador Gaviota.

8.6.05

Mis alas

Por extraño que pueda parecer, la semana pasada, finalmente conseguí culminar lo que se había convertido en una ardua tarea debido a circunstancias ajenas a mi control y también, posiblemente, al azar. La hazaña: terminar de ver “It’s a Wonderful Life” de Frank Capra, que aunque a pesar del hecho de que es una de las películas más televisadas de todos los tiempos yo la he tenido que ver en DVD, por primera vez entera, y aún así en dos sesiones. Y no es que no me guste o le preste poca atención, todo lo contrario, me parece una película envolvente, soñadora y elocuente. Una película con vida propia, tanto, que ha conseguido evitarme durante las dos últimas décadas. Porque eso es lo que yo creo que, ávida, consciente y esquiva, ha buscado el momento más adecuado en mi vida para mostrarse y hacerlo así con plenitud, brillantez y profundidad.

Lo curioso es que, no se si debido a las fechas de programación (suelen emitirla en Navidad), siempre que he intentado ver esta película he sido interrumpido por alguna visita, normalmente de carácter familiar. De algún modo es como si el espíritu de “Bedford Falls”, en esa última y lacrimógena escena de puro corazón solidario y altruista, evocara la unión familiar y/o amistosa en la vida real. Al menos a mí me gustaría creérmelo. La magia del cine transcendiendo más allá de nuestras adoradas pantallas.

Me gustaría pensar que todavía existen George Baileys en la vida. Me alegraría que todos fuéramos capaces de ver algún día un pequeño reflejo de la grandiosidad del héroe en nuestros familiares y amigos. Sería maravilloso que los grandes sacrificios, por pequeños que parezcan, sigan formando a nobles personas que merezcan nuestro respeto y cariño.

Y cada vez que una campana suene, que un ángel consiga sus alas!

7.6.05

Entre

Mi capacidad de fascinación hace que cualquier pequeño estímulo sensitivo se convierta en el mayor de los placeres a observar y analizar. Mi energía se disipa en un mundo interior de sensaciones que no puedo compartir y que me entierran lejos de la sociedad invalidando mi, ya de por sí, escasa destreza comunicativa.

Mentira.

Me gustaría creer que todo lo que digo sobre mi es cierto. Pero no es más cierto que el hecho de que en cualquier momento determinado que yo elija se convierta en mentira. Yo soy el referente y dueño de mis palabras. Yo puedo cambiar de posición con respecto a ellas transformando así su significado y creando en el proceso una nueva verdad desde la cual la anterior verdad se perciba como mentira.

Deberíamos permutar nuestras verdades y buscar el punto desde el cual todas ellas sean válidas al mismo tiempo, un lugar que anule toda mentira. Deberíamos tratar de comprender este basto universo de verdad en el que nos hallamos perdidos y el cual nos absorbe a través del antónimo de su contenido, la mentira. Mataríamos por encontrar una forma que nos permita ver al mismo tiempo las dos caras de la moneda...

Verdad o mentira?

30.5.05

Dentro

La nostalgia nos invade en numerosas ocasiones haciéndonos recordar sucesos que nos han hecho sentir. La música... un gran medio de evocación de sentimientos asociados. La imaginación y la fantasía retroalimentándose de memorias. Nuestro pasado alterado por el poder que nuestro deseo ejerce sobre nuestros recuerdos. Dónde están los pilares de mi personalidad? A qué se hallan sujetos? Cómo encontrarse a uno mismo de entre un devenir de pensamientos? Cómo amarrarse a un flujo de variables infinitas? Cómo liberarse de la fantasía y asentarse en la realidad? Por qué dejarse vencer?

Cada día soy una persona diferente con nexos en común con la persona que fui el día anterior. Crecer a expensas del destino es esperar una muerte anunciada. Crecer a expensas de uno mismo es morir una vida por jornada, con expectativas de reciclar, con el poder de resucitar vidas pasadas que volverán a despertar en mi un determinado estado mental. Por qué siempre trato de buscar una pauta? Por qué no soy capaz de liberarme de mis prejuicios? Por qué me habéis educado así?

La belleza del caos me espera al otro lado de la linea que delimita mi consciencia: mi educación. Incansable armonía de un sublime mundo regido por la falta de reglas, purificado por la falta de retículas y conformado por la ondulación de conceptos que se entrelazan en el ápice de la creatividad. Libertad o atrevimiento? Liberar atrevidamente o atreverse libremente? Abarcar mucho teniendo poco o tener mucho abarcando poco? Por qué hemos de elegir? La felicidad no se escoge, simplemente se apodera de nosotros. Navegando nuestro propio universo sin rumbo fijo aprenderemos a encontrar y a empaparnos de descubrimiento.

26.5.05

El Cristo en Kennington Road

1 El anuncio.

De madrugada soñé con unos ojos vibrantes, unos ojos llenos de luz y color. Almendrados a la vez que rasgados, azules al principio, verdes a continuación y dulce miel al final.
La más placentera sensación de tranquilidad invadía mi cabeza hasta el momento en que una fuerte presencia, alertando mis sentidos, me absorbió desde la realidad arrancándome del más bello de los sueños para llevarme de vuelta a la crudeza de mi oscura y desolada habitación. De entre las tinieblas, suavemente, comenzó a fluir una luz tricolor, iluminando hacia sus propias entrañas mas no a su alrededor, que acercándose lenta e hipnóticamente hasta la cama, acabó por posárseme en el pecho para finalmente apoderarse de mi alma. Los mismos ojos del sueño me sonreían complacientes invitándome al más profundo y plácido descanso.

Esta mañana me levanto y, para mi gran sorpresa, me encuentro a un tío en túnica durmiendo en el suelo de la habitación. Los latidos de mi corazón, al menos 140 por minuto y gracias a Dios, me impiden escuchar un flujo de pensamientos completamente absurdos esclavos del subidón de adrenalina que se acaba de desatar en mi interior. Absolutamente paralizado me dedico a observar la situación, cien por cien ridícula y surrealista, que se me acaba de plantear. Un tío que no conozco de nada? Con túnica? Durmiendo en el suelo de mi habitación? Aaaaaa. Esto va a ser que todavía no me he despertado. Recuperando la calma decido esperar y permanezco inmóvil, sentado en la cama, hasta que el sueño finalice para dar paso al mundo de la realidad.

Me vuelvo a despertar. Por la intensidad del sol parece que se acerca el mediodía. Siento un fuerte dolor en en lado izquierdo del cuello y en la base de la espalda. Joder, me he quedado dormido... sentado en la cama! Un momento... Una túnica... Un paisano durmiendo en mi habitación...

- Buenos días.

- Aaaaargh! Quién coño eres? Qué coño quieres? Quién te manda?

- Jajajajaja. No tienes por que asustarte.

Agarrado a las sábanas, casi en posición fetal, mientras escucho un sinfín de palabras afanosas por tranquilizar, me encuentro con su mirada para caer rendido ante la iridiscencia tricolor de unos ojos... almendrados o rasgados? Hostias! Pero si es el del sueño!

- Cómo te llamas?

- Qué me vas... a, a secuestrar? No tengo un puto duro, eh? Ya te aviso. Llévate el ordenador. Mis padres están muertos y... y... y no tengo familia.
Perdona la indiscreción pero, como un tío con unos ojos tan bonitos puede dedicarse al mundo del crimen?

- Mi nombre es Jesús.

- Vaya, que apropiado. Si es que...

- Jesús de Nazaret.

- Dios mío, no puede ser... Para loco ya llego yo. Tú tranquilízate que todo va a acabar como el rosario, mierda! Es que cuando me pongo nervioso mi cerebro me delata, pero no te lo tomes a mal, eh? Tengo una tableta de Valium en la mesilla de noche. Creo que dos te irán bien. Yo me tomaré uno también, por eso de acompañar, ya sabes...

Jesús se aproxima hacia mi cama y sentándose en el lado izquierdo de la misma, procede a abrir el primer cajón de la mesilla de noche rescatando una tableta de Valium de entre un mar de basura. Retira tres pastillas de su envoltorio y posándolas con delicadeza sobre la palma de su mano derecha, me las ofrece amablemente a la altura de mi boca, boca recubierta por unos dedos que, cual tensas garras víctimas del miedo, todavía apresan las sábanas de mi lecho.
Sus ojos comienzan a hipnotizarme como lo había hecho antes la luz del sueño. Mi cuerpo se entrega a un paulatino adormecer que en breves instantes me lleva de vuelta al mundo de lo onírico otra vez.

(continuará...)

Creo

Quisiera poder ver la esencia del propósito humano para reirme a placer de la existencia hasta que mis ojos se inunden de lágrimas y descansar luego en la austera cama del desconcierto.

Me gustaría comprender el cielo y ser capaz de cobijarme bajo las alas de un ángel que mimen con cariño mi dolor y sufrimiento.

25.5.05

La Era de las Nueve

Al salir del cine la tarde de ayer, una intensa desolación y un pueril desconsuelo se apoderaron de mi alma. Cuanta gente habrá sentido lo mismo que yo o algo parecido? La saga de Star Wars había llegado a su conclusión y con ella una etapa gloriosa para el género fantástico.

Durante los últimos seis años hemos sido testigos del nacimiento y de los primeros pasos de un nuevo tipo de ciencia ficción y fantasía que marcará un hito en la historia del cine. Tres han sido las trilogías responsables de esta hazaña y cuatro los genios detrás de la cámara: Andy y Larry Wachowski, Peter Jackson y nuestro queridísimo George Lucas.
Personalmente recordaré esta etapa cinemátografica por el resto de mi vida como “La Era de las Nueve”. Nueve apasionantes películas que he seguido con admiración y por las cuales he esperado con devoción. Nueve razones por las que vivir durante seis años. Nueve joyas del cine que ya han pasado a formar parte de mi persona y de mi existencia.

Cuando tenía 16 años nunca me hubiera podido imaginar que algún día vería en la gran pantalla al protagonista del pequeño y extraño libro que sujetaba entre mis manos y la, para mí, fascinante casa bajo tierra en que vivía, descrita con todo lujo de detalles en “El Hobbit” por J.R.R. Tolkien. 9 años depués lloraba de emoción, con la llegada de Gandalf a La Comarca en un carruaje rústico acompañado por Frodo Bolsón, a la penumbra de un cine en Santiago de Compostela.

En el verano de 1989, depués de ver Star Wars en la tele, enloquecido por la maginificencia de las espadas y pistolas láser, me propuse diseñar un artilugio que, a través de un mecanismo compuesto por una serie de lupas y espejos, consiguiera concentrar los rayos solares hasta tal grado que haría posible la emisión de un pequeño rayo láser. Nunca pasó de una excitante idea dibujada en papel cuadriculado. Pero siempre quedaban las películas. Diez años después, mundos inimaginables y lásers por doquier cobraban vida en “The Phantom Menace” como nunca antes me había atrevido a soñar.

Y Matrix... que decir de Matrix... La película que me hizo redescubrir el cine, el prodigio cinematográfico de los 90. La primera vez que la vi me pasé más de la mitad del metraje con las uñas clavadas en los reposabrazos y sudando como nunca antes lo había hecho en una sala de proyección. Al salir del cine me sentí exactamente igual que Neo cuando Morpheus, en el programa de entrenamiento, le dice que toda la gente que les rodea no son más que bits y bites. Estaba esperando a que en cualquier momento se congelara todo el mundo, como en la citada escena, para confirmar de una vez por todas que estabamos en la Matriz. Mis problemas psicológicos del momento ayudaron a aumentar la intensidad de la fantasía llegando a convertirlo en algo muy cercano al terreno de lo real.

La pasión y la complicidad han acompañado cada uno de los momentos que he compartido y seguiré compartiendo con estas películas. El afán de mundos diferentes nunca se verá aplacado en mi interior y desde luego lamentaré eternamente el vacío que el final de “La Era de las Nueve” dejará en mi corazón. Aun así viviré con la esperanza de que George Lucas haga un remake de la primera trilogía abriendo así un nuevo mundo de posibilidades para continuar hasta el episodio IX, de que Peter Jackson se decida a llevar “El Hobbit” a las pantallas y de que los hermanos Wachowski le den otra vuelta de tuerca a la Matriz.

24.5.05

En el desierto

INT. BAR DE CARRETERA - DIA

Sentados en la barra de un bar a la hora punta del mediodía, RON y KAL dialogan mientras esperan por la comida que han pedido hace un instante.

RON
Imagínate que estás en un desierto y llevas tres días sin comer ni beber.

KAL
Que desierto?

RON
No sé, uno... no es relevante.

KAL
El del Gobi? O quizas el del Sahara?

RON
Imagínate un desierto ficticio con las caracterísicas inherentes de uno real.
Cuál es tu bebida favorita?

KAL
Coca-cola.

RON
Bien. Llevas tres días sin comer ni beber y estás absolutamente aislado sin ningún recurso para entrar en contacto con el mundo civilizado.
Habiéndote sobrepuesto a la desesperación, se te ocurre la brillante idea de reciclar el poco líquido que le queda a tu cuerpo, y que estás desperdiciando a través de la transpiración, lamiendo tu propio sudor.

KAL
Ni hablar, yo nunca haría algo tan absurdo.
(riéndose)

RON
Estoy planteando un supuesto.

KAL
Ni en un supuesto. Ni siquiera en sueños.
(riéndose todavía)

RON
El sol, vale? Las largas horas de exposición continua al durísimo sol del desierto han nublado por completo tu capacidad lógica.

KAL
Puede...
(serio y asintiendo)

RON
Te bebes tu propio sudor entregandote así a una espiral de sed ascendente que te hace cometer, una y otra vez, el mismo error.

KAL
Paradójico.

RON
De repente, del vasto cielo tintado de amarillo, se precipita violentamente ante tus pies un objeto de tamaño aproximado al de un refresco, sumergiéndose en la arena y dejando tras de sí un pequeño cráter que indica su posición.

KAL
Ridículo.Y ahora me dirás que, sin pensarmelo dos veces, introduzco mi mano a través de la arena en el lugar indicado para acabar apresando no otra cosa que una lata de mi bebida favorita: una Coca-cola! Divina providencia.

RON
Excelente. Pero no una lata de Coca-cola normal y corriente...

KAL
A no? Entonces qué?

RON
En la parte trasera de la lata se puede leer la siguiente inscripción: Elije una de las siguientes opciones: 1 Si bebes no serás rescatado. 2 Si eres rescatado no podrás volver a beber Coca-cola. 3 Bebe Pepsi.

KAL
Vaya, el gran dilema de mi existencia.

RON
Yo bebo Pepsi.

KAL
No. En serio? Mi hermana Trina de Manzana. Haríais una buena pareja.
(pensativo por un instante)
La verdad es que me lo has puesto fácil.
(pequeña pausa)
Teniendo en cuenta que lo más probable es que todo esto no sea más que una maquinación publicitaria llevada a cabo por Coca-cola, yo eligiría la primera opción. Con ello no solo conseguiría calmar mi endiablada sed sino también ser rescatado. De no ser así mi muerte correría a cargo de dicha empresa, repercutiendo seriamente en su imagen, y bien es sabido que ese es un riesgo que ninguna compañía con semejante exposición mediática está dispuesta a correr.

Por otra parte esto implicaría la apreciación de la segunda opción que entraría en vigor a partir del preciso instante de mi rescate, opción no elegida por mi en un primer momento pero sí forzada por el transcurso de los acontecimientos. En este caso, aparentemente sin escapatoria y condenado a no volver a beber Coca-cola por el resto de mis días, entraría en acción la lata con la inscripción cumpliendo su función como objeto catalizador de una acción de chantaje. De nuevo, la exposición mediática, actuaría como freno y redireccionador de las intenciones iniciales de la compañía en cuestión.
(Ron se rie a placer)
Y ahora que?

RON
Pareces un puto abogado.
(riéndose de nuevo)
Nada, nada... que no has hecho más que confirmar lo que yo me temía.
(recuperando la compostura)

KAL
Ah si? Y se puede saber que es eso que te rondaba la cabeza?

RON
Que la Coca-cola os vuelve a todos locos. Con lo fácil que hubiera sido elegir la opción 3... y todo por una pequeña diferencia de sabor.

KAL
No nos olvidemos del delicado tema de la concentración gaseosa.
(Ron continua riéndose)

Llega la comida con sus respectivas bebidas, una Pepsi y una Coca-cola.

CAMARERA
Numero 7?

KAL
Aquí por favor.

CAMARERA
Y numero 2.

RON
Gracias.

La camarera, sin preguntar, sirve las bebidas en los vasos equivocados. Ron y Kal se miran, se rien a carcajada limpia y cogiendo cada uno el vaso del otro brindan y comienzan a comer.
La camarera los mira extrañada, se da la vuelta y continúa con su trabajo.

22.5.05

Deliverance

Una pesadilla. Una granja abandonada. De entre el medio del estiércol salen a flote dos cuerpos adolescentes, dos cuerpos inertes. Del fondo de mi subconsciente emerge el terror. Un miedo cargado de un extremo e incomprensible sentimiento de culpabilidad se libera en mi interior recorriendo mi espinazo, paralizando mis miembros, retorciendo mi estómago, nublando mi pensamiento, disparando mi corazón, bloqueando mis pulmones, reblandeciendo mis músculos, crucificando mi ser... No hay escapatoria, no existe redención. La sirena de un coche de policía se agudiza e incrementa en volumen. El efecto doppler se hace evidente a la par que la agonía se aferra a mi garganta, con garras de acero, rasgando mis cuerdas vocales. El dolor... el silencio... Yo no les he negado la vida, pero mis manos doloridas... me siento culpable... soy culpable. Mi verdad ha sido decidida.

20.5.05

Von Trilogy

La semana pasada me acerque a HMV al salir de trabajar y después de una larga pero entretenida búsqueda en la sección de ofertas me decidí a comprar cuatro películas entre las cuales se encontraba “Dogville” de Lars Von Trier.

Ayer, envuelto en la soledad de la madrugada y en un saco de dormir que cumple dignamente la función de manta de sofá, me dejé absorver durante tres inquietantes horas por el extraordinario mundo fílmico del director danés.

Hoy, buscando información sobre la película, me he enterado de que “Dogville” es la primera parte de una trilogía sobre los Estados Unidos y que la segunda parte, “Manderlay”, concursa en la sección oficial de Cannes este año.

Iba a comentar la película pero ya no puedo. Estoy abrumado. La grandeza de este señor me supera con creces. Su capacidad para sorprenderme no tiene limites.

Echad un vistazo y a ver si os quedáis tan impresionados como yo:

http://www.manderlaythefilm.com

17.5.05

Ensayo Capital

Como ya hace unos días que no escribo y no se me ocurre nada que contar, voy a publicar un ensayo que surgió a partir de varias entretenidas charlas de sobremesa con algunos de mis antiguos compañeros de trabajo en Mango.

En su día creó bastante polémica. Tened en cuenta que es una visión personal y subjetiva aunque no por ello deja de ser lo que yo creo.


EL CAPITALISMO. UN DICTADOR IMPERSONAL EN EL SXXI.

La imposición de normas y deberes ha sido siempre una constante en la historia de la humanidad. Las diferentes formas de poder que se han ido relevando a lo largo del tiempo han basado su éxito en el sometimiento de las masas a través del engaño, la propaganda y sobre todo mediante promesas inalcanzables de tesoros escondidos al supuesto alcance de la mano.
El gran espejismo de la libertad nos ha absorbido de entre un desierto de dudas e incertidumbres, ocultándonos el verdadero camino hacia el crecimiento intelectual y espiritual, y hacia el autoentendimiento que tanto anhelamos y la consiguiente autorrespuesta en la que tan poco confiamos.
Una vez más, en el S. XXI, nos encontramos subyugados a un poder dictador; sometidos a una forma de imposición que ha traspasado los limites de nuestro control cobrando vida propia. Una dictadura no personificada que abiertamente se manifiesta en forma de bienes materiales: el capitalismo.

¿Es eso todo a lo que aspiramos?

La situación presente ha venido dada por lo que, digamos, ha sido la evolución lógica de los modelos sociales existentes a lo largo de la historia. Desde los principios del dominio humano, pasando por la Edad Media, hasta la Era Moderna, el hombre ha hecho uso y abuso de una fuerza intrínseca a su condición como tal que ha propiciado un avance evolutivo no siempre positivo. Estoy hablando aquí del ansia de mejorar, del anhelo de más, de la insaciabilidad que nos caracteriza, de la codicia regularizada, de la aceptación del crecimiento como el camino adecuado, del autoengaño contemplativo en el que nos hemos sumergido. La misma fuerza y energía que nos ayuda a superar el día a día y que nos ha convertido en esclavos de nosotros mismos. Limitando nuestra individualidad. Transformándonos en pequeñas piezas constituyentes de la gran máquina del capital.
La pluridimensionalidad aparente de la sociedad no es más que un pequeño caos emergente en el que sus diversos constituyentes se encuentran, en realidad, alineados por esta fuerza interior que nos caracteriza, focalizando toda su energía hacia un único fin: la creación de riqueza.
Avance y desarrollo se han convertido en sinónimos de retroceso y aturdimiento. El deseo de acumulación y mejora no es más que una forma de encubrimiento y rechazo hacia la verdadera finalidad de nuestra búsqueda: la autocomprensión y la inmersión en nuestra persona.
La única manera de llegar a nuestro interior, de presenciar nuestra propia esencia, de alcanzar el núcleo de nuestra existencia es a través del análisis del individuo. Y nadie mejor que el propio individuo para llevar a cabo una investigación interna de si mismo. Pero rechazamos el autoescrutinio por miedo a ver la verdad, por miedo a encontrarnos cara a cara con lo que, seamos sinceros, ya sabemos y continuamente tratamos de ocultar tras un velo de hedonismo que nos ayuda a soportar el dolor provocado por nuestra verdadera naturaleza.
Ser humano es sinónimo de destrucción, sufrimiento y lucha. Mas no es el mundo al que hemos de destruir, no son los demás por los que hemos de sufrir y/o luchar sino por y con nosotros mismos, nuestro ser, nuestra individualidad. Y será esta introspección y estudio interno lo que nos salvará de la autodestrucción. Será el redireccionamiento de nuestra fuerza interna hacia nuestro núcleo, hacia nuestro generador de pensamiento, lo que nos hará encontrarnos con nosotros mismos y por extrapolación con nuestros semejantes.
Pero antes hemos de ofrecernos en sacrificio a la máquina de matar, sacrificio que incrementará de tamaño en proporción al crecimiento del capital. Sacrificio que hemos venido pagando desde el principio de los tiempos y del cual nuestra fuerza interna es catalizador.
La creación de valor se cobra en mucha mayor valía que la riqueza producida: la destrucción de la vida. La creación de vida se ha visto sometida a la creación de valor (capital) y el valor del capital ha absorbido el resto de nuestros valores morales personales. Revolución y muerte no son pues una forma de escape sino un refuerzo para la máquina del capital. Toda oposición a su fuerza será brutalmente masticada y digerida pasando así a formar parte de su flujo enérgico vital.

¿Hemos llegado pues a un callejón sin salida?

No. Simplemente nos ha tocado vivir la parte de la historia menos favorecida. Formamos parte del inicio del segundo acto de un relato que nos vamos inventando sobre la marcha y al cual le quedan muchas revoluciones y muertes por vislumbrar. No hemos sino comenzado a conocer nuestra fuerza interna y las posibilidades que nos ofrece. Mas todavía hemos de aprender a dominarla y poder así utilizarla para descubrir nuestras esencias individuales. Y cuando comprendamos nuestro ser, en el límite de nuestra existencia física, nos salvaremos de la aniquilación proyectándonos hacia nuestro interior para alcanzar un estado de equilibrio permanente en el que toda fuerza remanente se verá anulada y en el que la entropía dejara de existir. Nos veremos entonces libres de la materia conformando una energía única y estable que no precisará de ridículos sistemas de organización social o, mucho menos, de una dictadura del capital.
Seremos entonces ese “Dios” del que tanto se habla y el cual nunca se ha llegado a comprender.

12.5.05

Intercambio

A veces tengo la sensación de que le debo algo a la gente que, por fortuna en casos o por desgracia en otros, forma parte de mi vida. A veces tengo ganas de romper los miseros y febles lazos que me unen a los sujetos que no me aportan nada y dedicarme por entero a cultivar la relación entre mi persona y mi mundo para poder comprender mejor la funcionalidad de los vínculos de la amistad.

Otras veces me gustaría ser completamente independiente, no necesitar la aprobación de nadie y observar el mundo desde una perspectiva tangencial que me permita estar en contacto con él sin implicarme en absoluto con nada.

Pero, por desgracia, las fronteras de nuestros universos relacionales se hayan inmersos en la voz de la conciencia.

El emental

Acaban de emitir en BBC1 una curiosa pelicula en clave de humor sobre las aventuras de Sherlock Holmes y su queridísimo Dr. Watson. O debería decir en esta ocasión sobre las aventuras del Dr. John Watson y su incontrolable Sherlock Holmes?

Es una pelicula de 1988 dirigida por Thom Eberhardt, director para mi desconocido pero que curiosamente es artifice del capítulo piloto de una fantástica serie que formó parte de mi adolescencia y que muchos recordareis: “Parker Lewis”.

Un casting de lujo. Nada menos que Ben Kinsley en el papel de Watson, Michael Caine en el de Holmes y uno de esos eternos secundarios, Jeffrey Jones, como el inspector Lestrade. La Palma de Oro es en esta ocasión para Michael Caine, el cual expone la totalidad de su faceta cómica metiéndose en la piel de Reginal Kincaid (actor teatral fracasado, borracho y mujeriego) que a su vez representa el papel de Sherlock Holmes contratado por el mismísimo Dr. Watson, en este caso la mente pensante, con el fin de encarnar al personaje creado por él mismo en un folletín de intriga para el periódico “The Strand”. Todo un giro a la propuesta de Sir Arthur Conan Doyle.

El diseño de producción y de vestuario, maravillosos al igual que la cinematografía, engullen al espectador de inmediato en ese tétrico y fascinante Londres victoriano del cual aun quedan algunos rincones casi vírgenes en la actualidad. El guión entretenido, sin ir más allá de la típica aventura Holmes (Profesor Moriarti incluido) a no ser por la introducción de la comedia a modo de cuidados gags visuales, lo cual no evita echar un poco en falta la elaboración de diálogos dignos del más fino humor inglés.

En general, bien resuelta y divertida. Una buena película para un viernes noche en casa y una buena lección de interpretación de la mano del grandioso Michael Caine.

11.5.05

Sujeto

La sutileza y el buen hacer son claves en un mundo en el que apremian el engaño y la falta de honradez.

El oportunismo, respaldado por la inteligencia, decente o no, y aunque un arma de doble filo, es un buen método para escalar peldaños sociales.

Tengo que vender mi integridad para demostrar mi valía? Integro o realizado? Puro o feliz? Filosofía o hedonismo?

Veámoslo desde otro punto de vista: elegir?... no elegir?... o simplemente, ser el elegido.

Matrices

Hoy he visto por tercera vez “Matrix Reloaded”, primera revisión en el mundo de la pequeña pantalla y, por supuesto, no la última.

Y sí, cada vez me gusta más y mi respeto y admiración por los hermanos Wachowski, para mi ya considerados grandes visionarios del cine moderno, no hace más que aumentar.

Aparte de la ya tan obvia, comentada y extraordinaria capacidad visual que caracteriza a esta pareja de genios, sin olvidarnos de John Gaeta (supervisor de efectos especiales e inventor de la técnica “bullet time”), existen otros aspectos por los que la trilogía de Matrix, y más en concreto “Reloaded”, es digna de análisis, investigación y un poquito de meditación.

Nunca ha dejado de sorprenderme el hecho de que algunos de los diálogos, para mi otro de los puntos fuertes de la trilogía que alcanza su ápice de efectividad en la segunda, provoquen risas y afán de critica en muchos de los individuos con los que he comentado estas películas.

Diálogos como:

Morpheus: What are you waiting for? You're faster than this. Don't think you are, know you are.... Come on. Stop trying to hit me and hit me. (en el contexto de una pelea)

o como:

Spoon boy: Do not try and bend the spoon. That's impossible. Instead only try to realize the truth.
Neo: What truth?
Spoon boy: There is no spoon. (Neo en la sala de espera del oráculo)

aparentemente tan absurdos y pretenciosos pero, no obstante, tan llenos de contenido, se han convertido para muchos en predicamentos filosóficos modernos aunque para otros solo sean filosofía barata.

Cabe destacar que toda esta “palabrería” tiene un fundamento importante y sólido en el pensamiento de Jean Baudrillard (teórico de sociología y profesor de filosofía francés), y sobre todo en uno de sus libros, “Simulacra and Simulation” (“Simulacros y Simulación”, creo que todavía no editado en castellano), el cual he leido, ha provocado un gran cambio en mi percepción del mundo y recomiendo encarecidamente.

Baudrillard es un pensador dificil de comprender pero con una gran capacidad de perspectiva, muy metafórico a veces, muy conciso otras e incluso enrevesado en ocasiones. Todas estas características son aplicables a lo que antes hacía referencia como el ápice de efectividad en lo que respecta a los diálogos de “Reloaded”, que no es otro que la famosa conversación de Neo con el arquitecto. Baudrillard en estado puro! Como dicen por aquí: mindboggling.

Debo por último añadir que las traducciones, y más en el ámbito cinematográfico, no suelen hacer justicia a los textos originales, y que el inglés es un idioma muy efectivo a la hora de los dobles sentidos y las interpretaciones de significados.

La trilogía de Matrix ya ha alcanzado el estatus de clásico contemporáneo, aunque algunos se empeñen en reducir la extensión del calificativo solo a la primera película. Pasará a la historia del cine como una obra maestra o se quedará en un “modesto” intento?

Yo, me quito el sombrero.

10.5.05

Final

La muerte nos hace presos en una jaula viviente, nos acecha desde un lugar inexistente, acaricia suavemente nuestro tiempo para acabar atrapándolo por el cuello y cerrando su puño firme e inexorablemente nos vacía de toda esperanza.

La muerte impregna la vida de sentido, nos alerta de lo efímero de nuestra estancia, genera recordatorios que impulsados por el miedo mueven la máquina oxidada del devenir humano.

La muerte es un pretexto.